Black Jack

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8. Las Apuestas
A diferencia de la mayoría de juegos de cartas, en el Black Jack se apuesta primero y se juega después. Lo primero que ha de hacer el jugador que ocupa su lugar en la mesa de Black Jack es colocar el importe de su apuesta en la casilla correspondiente del tapete frente a él.

Esta apuesta debe estar comprendida entre los valores mínimo y máximo de la mesa. Estos valores varían de una a otra mesa, a criterio del casino, y están indicados claramente en cada una de ellas.

Sobre la jugada de un jugador sentado, y siempre con el consentimiento de éste, pueden realizarse otras apuestas por parte de otros jugadores sentados o apostantes de pie, con la única limitación de que el total de las apuestas no supere el máximo permitido para la jugada.



9. Sus Posibilidades
El juego del Black Jack se desarrolla entre el jugador y el casino, representado por el croupier. La única influencia de los demás jugadores que hay alrededor de la mesa sobre el juego de cada uno de ellos está en función de que decidan pedir carta o no hacerlo, ya que eso modifica la carta que tomará el croupier para sí mismo, por ser éste el último en jugar.

Juego simple. Cada jugador recibe dos cartas (en dos rondas) del croupier, que sólo se da a sí mismo una carta en la primera ronda. El croupier no se da la segunda carta hasta que llega nuevamente su turno, después del último jugador.

Si como consecuencia de ese reparto el croupier ha obtenido Black Jack, recoge las apuestas de los jugadores, excepto las de aquellos que también tienen Black Jack y que empatan con él sin perder sus apuestas. Se recogen las cartas y se comienza el reparto para un nuevo juego.

Cada jugador juega en su turno, que va pasando de izquierda a derecha del croupier (para los jugadores, sentados frente al croupier, el propio turno se desarrolla entre el del jugador de su derecha y el de su izquierda).

Los jugadores pueden pedir cartas adicionales mientras el valor total de sus cartas no alcance los 21 tantos. También pueden plantarse con cualquier valor.

Si el valor de las cartas es igual a 21 tantos, pero no es un Black Jack (los 21 tantos se han conseguido con más de dos cartas), la jugada sólo perderá si el croupier obtiene Black Jack.

Si el valor de las cartas de un jugador supera los 21 tantos, se dice que el jugador se ha pasado y pierde el valor de la apuesta, que es recogida por el croupier.

Si obtiene un Black Jack (21 tantos con dos cartas) recibirá de la banca una vez y media el valor de su apuesta, excepto si el croupier también obtiene un Black Jack. En este caso, las dos jugadas están empatadas y el jugador no pierde ni gana.

El croupier toma cartas hasta llegar a obtener como mínimo 17 puntos. Con 16 o menos está obligado a tomar carta. Si se pasa (supera los 21 tantos) pierde automáticamente y paga el valor de las apuestas que aún estén sobre el tapete (las de los jugadores que no se han pasado). Si no alcanza los 21 puntos, pero supera los 16, anunciará su puntuación y de izquierda a derecha recogerá las apuestas de los jugadores que tengan un tanteo inferior y pagará a los que lo tengan superior. Las jugadas de igual tanteo son nulas y los jugadores no ganan ni pierden.

Todas las apuestas se cobran a la par, excepto los Black Jack.

EL seguro. Cuando el primer naipe del croupier sea un as, los jugadores tienen la posibilidad de asegurarse contra el posible Black Jack de la banca.

El croupier ofrece esta posibilidad a todos los jugadores, que pueden aceptarla antes de que empiece a jugar el primer jugador, es decir, antes de que este jugador hable para plantarse o pedir carta.

Los seguros se hacen depositando una cantidad en el lugar destinado a ello frente a cada jugador. Esa cantidad puede ser, como máximo, igual a la mitad de la apuesta realizada por el jugador.

En su turno, el croupier se da una segunda carta. Si ésta es un diez tiene Black Jack. Entonces recoge las apuestas que pierden (todas las apuestas, excepto los Black Jack de los jugadores que empatan) y gaga los seguros a razón de dos por uno. Si el croupier no tiene Black Jack, recoge las apuestas de los seguros y cobra o paga las diversas apuestas como en el juego simple al terminar su jugada.

Los pares. Cuando un jugador recibe las dos primeras cartas del mismo valor, tiene la posibilidad de desdoblar su juego en dos manos independientes.

En caso de hacerlo, el jugador separa las dos cartas y pone junto a la segunda una apuesta igual a la suya inicial.

Cada una de estas cartas es parte de una jugada independiente y los límites mínimo y máximo de cada una de ellas debe tomarse aislada a independientemente, así como su valor y destino (obtener Black Jack en una no implica que se cobre 1,5 veces el valor de las dos jugadas; pasarse en una no implica perder lo apostado en las dos).

Sobre cada una de las cartas separadas se juega de derecha a izquierda en las condiciones indicadas en el juego simple. Si formase un nuevo par, podrá separarlo y depositar otra apuesta igual.

En caso de tener dos dieces y quererlos separar (recuérdese que dos dieces son veinte tantos) no es necesario que sean del mismo índice. Téngase presente que en el Black Jack todas las figuras y los naipes de índice diez son cartas iguales, por tanto pueden separarse una J y una K, o un diez y una Q.

Existen dos limitaciones sobre el juego a pares. En caso de separar dos ases, el jugador sólo puede pedir una carta sobre cada uno de ellos. Por otra parte, en caso de desdoblarse con dos ases o dos dieces y totalizar en alguna de las jugadas o en las dos 21 tantos con el siguiente naipe, la jugada no se consideraría Black Jack, sólo cobraría una vez la apuesta y perdería si el banquero hiciera Black Jack.

Apuesta doble. Cuando el valor de los dos primeros naipes de un jugador es de 9, 10 a 11 tantos, el jugador puede doblar su apuesta. En este caso, sólo recibirá un naipe suplementario.

Esta posibilidad se admite en todas las jugadas, comprendidos los pares.

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