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Si alguien mucho más fuerte que usted le ha hecho una mala pasada y no sabe cómo devolverle el golpe, recurra a la fuerza del débil y póngale en evidencia. Póngase la mano en la cabeza y propóngale que, sin sacudidas ni violencia, trate de levantarle esa mano. Deberá desistir al tratar inútilmente de despegarla.