Introducción

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La extraordinaria fascinación que el juego ha ejercido sobre hombres y mujeres a través de los siglos -a menudo a costa de su solvencia y en algunas ocasiones de su salud e incluso de su vida- se revela como una de las motivaciones más profundas de la naturaleza humana. El juego ha existido en diversas modalidades en casi todas las sociedades, lo mismo antiguas que modernas. En pinturas halladas en tumbas y dibujos sobre cerámica del antiguo Egipto, cuya existencia se remonta al año -3500, aparecen representados hombres o dioses lanzando dados, tanto con el simple fin de jugar como con el de predecir fortuna. El primer dado que se utilizó, llamado astrágalo, consistía en un pequeño hueso de cuatro lados, procedentes del tobillo de un cordero o cabra. Ejemplares de astrágalo -también denominado taba-, han sido hallados en numerosos yacimientos prehistóricos. Nuestro moderno dado de seis lados, descubierto por primera vez en Irak y en la India, data del año -3000. Posteriormente, hacia el año -1400, se introdujo una modificación, por la que los lados opuestos del dado siempre suman siete.

Hay varias teorías acerca del origen de las cartas de juego. Mientras algunos historiadores lo sitúan en la antigua Corea o en la India, otros sostienen que los naipes se derivan del papel moneda chino. De lo que, no existe duda alguna es que inicialmente fueron utilizados con fines adivinatorios. En Europa, el juego del dado se popularizó a finales del siglo XIV. La primera referencia a un paquete de cincuenta y dos cartas conocida se encuentra en un manuscrito que data de 1377.

Dada la enorme popularidad de que goza el juego, no resulta sorprendente que todas las tentativas de suprimirlo, provenientes tanto de la autoridad civil como de la religiosa, -empezando por los antiguos griegos, que lo vieron como una amenaza a la organización del estado- nunca hayan tenido éxito a largo plazo. En la actualidad es otra la importancia concedida al juego, y éste se dirige hacia formas socialmente aceptables en lugar de ser prohibido por completo.

De acuerdo con los fines de este libro, defino el juego como el conjunto de juegos de azar o de habilidad en que las apuestas no se sitúan a favor del jugador. Si usted cuenta con ventajas reales de cara al éxito, lo que practica no es el juego, sino una forma de inversión, por supuesto preferible desde un punto de vista financiero. De ser ése el caso, usted está matemáticamente seguro de obtener a largo plazo un beneficio, del mismo modo que en cualquier otro negocio con un rendimiento fijo. De hecho, esta es la forma en que opera un casino: siempre disfruta de una posición favorable. El casino se sirve de una forma de negocio legítima y, en consecuencia, debe extraer beneficios. El resto de los jugadores apuesta con menos probabilidades de éxito y espera de alguna manera tener suerte.

Si se me solicitase dar un lema que resumiera el principal tema del libro, sería este: «Conozca sus probabilidades». Un jugador dotado de tal conocimiento cuidará de no apostar su dinero en un juego absurdo. El texto pretende, en primer lugar, esclarecer las reglas de los juegos más practicados, tanto en los casinos de todo el mundo como en los hogares; y en segundo término, aconsejar las maneras mas provechosas de jugar, tomando como base el conocimiento de las probabilidades. Si usted sigue las estrategias que recomendamos, sus apuestas alcanzarán el máximo grado de seguridad y sus perspectivas de ganar, o al menos de evitar una gran pérdida, se verán sensiblemente mejoradas.

Por supuesto, aunque los juegos básicos se ajustan a las mismas características, no se practican de igual manera en todas partes del mundo. Para tener conocimiento de las ventajas se necesitará tenerlo también de las leyes del juego, variaciones de las reglas y costumbres del casino del país donde se quiera probar fortuna. Por todo ello, y pensando en el viajero, este libro incluye también una guía internacional de los principales países en los que se puede disfrutar del juego de casino.


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