El Blackjack: algunos sistemas de juego

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b.El sistema londinense
El sistema londinense resulta menos favorable para el jugador, ya que la banca no declara su blackjack hasta el final de la ronda, cuando ya todos los participantes han jugado su mano. Por tanto, dado que la banca puede tener un blackjack siempre que muestre un as ó un 10, nunca debe doblarse la apuesta y casi nunca dividir el juego, porque se estará arriesgando en demasía. En contrapartida, el sistema londinense evita cualquier colisión entre la banca y el jugador, ya que el banquero no puede mostrar su mano hasta el final. Y aunque el «zapato» de cuatro barajas, usado en el sistema londinense, establece un margen más favorable a la casa (en comparación con el juego de una sola baraja), el que todas las cartas estén descubiertas es una ventaja para el aficionado al recuento de las cartas. Por otra parte, como el juego en Gran Bretaña es por lo general menos complejo que el que se da en los casinos americanos, los adeptos a contar las cartas tienen mejores oportunidades de no equivocar su juego y de explotar a fondo sus habilidades.

Como medida de protección al «pelete» la Dirección Británica de Juego ha restringido ciertas apuestas. Un jugador sólo tiene permitido doblar su apuesta cuando posea un 9, un 10 ó un 11, y no puede dividir el juego con puntuaciones 4, 5 y 10. No todos los casinos ponen en práctica dichas restricciones, pero puede acudir a las tablas a y b del sistema de Las Vegas para cubrir todas las posibles contingencias. Otra regla observada en los casinos británicos establece que el juego sólo puede ser dividido una vez, y que únicamente pueden acogerse al seguro aquellos jugadores que tengan un blackjack (véase El seguro).
Tabla a: cuándo dividir el juego


Las tablas que se dan en este apartado muestran la estrategia más óptima para el juego británico, que puede reducir el margen de la casa a un 0,6 %. Se basan en los resultados de una investigación con computadoras que también han sido usadas para confeccionar las tablas de ayuda que se proporcionan al jugador en los casinos británicos, como preceptúan las normas dictadas la Dirección Británica de Juegos. Estas tablas son, sin embargo, incorrectas en algunos aspectos: por ejemplo, debería doblarse con un 10 ó un 11 ante un 8 ó un 9 de la banca.
Tabla b: cuándo doblar la apuesta

Tabla c: cuándo pedir carta o plantarse con una mano floja
Tabla d: cuándo pedir carta o plantarse con una mano fuerte


5.Estrategias para el recuento
Si usted juega según la estrategia básica, seguramente desarrollará un buen juego, que, sin embargo, no le asegurará totalmente la obtención de beneficios; esto último sólo puede conseguirse mediante el recuento de las cartas. Establezco básicamente tres niveles de recuentos: uno primero es fácil, no presenta dificultades de aplicación; otro, más complicado, requiere un notable esfuerzo memorístico para poder aplicarlo; y un tercero, muy difícil, y al que llamo «estrategia para expertos», puede proporcionar al jugador un margen de ventaja decisivo y permanente frente a la casa.

Antes de que algún ganador potencial en blackjack se deje llevar por dulces sueños de avaricia, me permitiré dirigirle unas palabras alentadoras sobre el recuento de cartas. Si fuera tan sencillo ganar dinero, todo el mundo lo haría y los casinos ya habrían cerrado sus puertas hace tiempo. Sea como fuere, los casinos odian a los contadores. En efecto, una vez que el banquero advierte la presencia de un pelete, ya no le quita la vista de encima y seguidamente alerta a la dirección del casino. El jugador en cuestión se verá agraviado por medidas tendentes a contrarrestar sus ventajas: el casino se desprenderá de la baraja después de sólo una o dos manos, para impedirle que cuente y obtenga ventaja alguna mediante su habilidad. Otras artimañas serán usadas en su contra, la más drástica de las cuales consistirá en simplemente impedir que el jugador se siente a la mesa. «Usted sabe más sobre este juego que nosotros mismos», es la típica frase irónica que le llegará de algún directivo del casino: «Por qué no va y cuenta los puntos de los dados?»

Conociendo de antemano todas las artimañas que esgrimirá la casa contra él si es descubierto, el pelete experto conoce todos los medios para pasar inadvertido. Cambia de mesa y de casino a casino, sin permanecer nunca demasiado tiempo en un mismo casino o en una misma ciudad. Intenta parecer un turista o un jugador ocasional para disfrazar todas sus técnicas. Con frecuencia se acompaña de un cómplice, por lo general una mujer, que juega cantidades pequeñas para distraer la atención y dar la impresión de ser una pareja que está de viaje. Algunos peletes llegan incluso a disfrazarse con barbas postizas cuando sus caras son conocidas en los casinos.

Con respecto a este tema existe además otra cuestión de importancia, que yo tacharía de «dilema moral». Conseguir un dominio en la obtención del blackjack mediante el recuento de cartas, requiere una dedicación plena y exclusiva, largas horas de continuado esfuerzo, en definitiva, un modus vivendi. De hecho, seguramente ocupará tanto tiempo como cualquier profesión. Personalmente opino que tal esfuerzo se podría orientar de manera más productiva a trabajo regular, como médico o dentista, carnicero o panadero, que, ciertamente, será más satisfactorio que el de ir de casino en casino. Sea como fuere, aquí mostramos el método que debe seguirse, basado en los trabajos de los inventores del sistema, Virginia L. Graham y C. Ionescu Tukea, en Casino Gambling (Van Nostrand Reinhold Company, New York, 1978).

a.El recuento sencillo
Todos los sistemas simples de recuento están basados en la distinción entre los números bajos (2, 3, 4, 5, 6 y 7) y los números 10 de la baraja. Cuanto más cartas altas queden en la baraja a medida que va progresando la mano, mejor resulta para los jugadores y cuanto más bajas sean las cartas que quedan en la baraja, mejor resulta para la casa. Esto es así porque cuando la proporción de ases y dieces es alta, el jugador tiene mayores posibilidades de hacer un buen juego. Y mediante una variación de la estrategia básica consistente en dudar de los «fiambres» (manos entre 12 y 16), casos en que en otras ocasiones pediría más cartas, el jugador puede reunir una mayor probabilidad favorable. Contrariamente y debido a las reglas del juego, la banca debe pedir más cartas cuando tenga un total inferior o igual a 16 y, por tanto, tiene más probabilidades de perder sacando un 10 para su «fiambre». En realidad, puede conseguir tantos blackjack como los jugadores, pero dado que los de éstos últimos son pagados por 1,5 veces el valor de sus apuestas, el jugador puede reducir el porcentaje de la banca.

Cuando la proporción de cartas bajas es mayor que la de altas (ases y 10), son los jugadores los que tienen más probabilidades de perder; las cartas bajas favorecen a la banca. También ella puede perder, pero los jugadores piden las cartas con anterioridad a que la casa saque su última carta. Cuantos menos dieces queden en la baraja, menores posibilidades de éxito tienen los jugadores.

La primera estrategia para contar que propongo consiste simplemente en memorizar la cantidad de ases y 10 que vayan saliendo en cada partida. Los ases son fáciles de recordar, y una tercera parte de las restantes cartas de la baraja tiene el valor de 10 (reyes, reinas, jotas y 10). Si a medida que transcurre la partida usted advierte que el mazo de baraja que resta, es rico en dieces -en otras palabras, que cualquier punto inferior a 1/3 de las cartas tiradas son dieces-, debería aprovechar la ocasión para doblar su apuesta. Si una gran cantidad de las cartas jugadas son altas, debería dividir sus apuestas por la mitad. De forma similar, si muchos de los ases están todavía en la baraja, apure sus posibilidades incrementando el valor de las apuestas.

Los mismos principios pueden aplicarse en juegos de dos o cuatro barajas, si bien en este caso la identificación de las cartas requiere mayor tiempo. El hecho de que la banca coloque la carta en blanco para señalizar el final del juego en la parte superior de la baraja, no altera la probabilidad de que el resto de la baraja, todavía por jugar, esté descompensada por un lado o por otro.

Por lo general, una tercera parte de las veces, la baraja no mostrará una propensión particular a incluir ciertas cartas, en otra tercera parte será rica en dieces y en la otra tercera parte predominarán las cartas bajas. Además de doblar la apuesta cuando advierta que la baraja le es favorable puede también, en muchas ocasiones, aprovechar los «fiambres». Si el método triunfa, le hará ganar una apuesta más o le salvará de perderla en una mano completa de blackjack; ¿existe algo mejor?

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