La Baraja Española

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2. La Baraja Española

La baraja española tradicional consta de cuatro palos o series de cartas: oros, copas, espadas y bastos. Cada uno de estos palos está formado por varias cartas numerales (siete o nueve) y tres figuras (sota, caballo y rey) que van numeradas siempre del 10 al 12, independientemente de las cartas numerales que haya. La baraja española puede ser de 40 cartas -del uno al siete y las tres figuras por palo- y de 48 cartas -del uno al nueve y las tres figuras por palo). Es incorrecto considerar la baraja de 40 cartas como una baraja incompleta, a la que le faltarían los ochos y los nueves. Se trata de una baraja distinta y para juegos diferentes, pero es en sí misma una baraja española. El rey se representa mediante la figura de un rey coronado que está de pie. Generalmente se trata de hombres mayores, barbados, aunque los reyes de copas y oros suelen parecer más jóvenes. Normalmente el rey de copas tiene un cetro.

La figura de un jinete montado sobre un caballo que se apoya en sus patas traseras es la que mantiene la iconografía más característica del medioevo. En algunas barajas -muy raras por su escasez- los caballeros aparecen desmontados y llevan el caballo sujeto por la brida. Desde el siglo XVIII, los caballos de copas y oros suelen mirar hacia la izquierda, mientras que los de bastos y espadas lo hacen hacia la derecha. Es también en ese siglo cuando empieza a aparecer la expresión «Ahí vá» -también escrita «AIVA»- a los pies del caballo de copas.

En cuanto a la sota, se representa como un paje de pie. Simboliza al criado o mensajero. Los colores de las calzas,inicialmente todas rojas, y de los sayos, así como la posición de sus piernas y la colocación del motivo del palo, varían según los palos y la inventiva de los autores del diseño.

Las pintas y los símbolos
Una de las innovaciones de la baraja española respecto a las de otros países fue la adopción de las pintas o discontinuidades en los lados inferior y superior del rectángulo que encierra los motivos de cada naipe. Estas pintas ya aparecen en barajas del siglo XVI para, según se cree, dificultar la visión de las cartas a los mirones, objetivo que posteriormente sería perfeccionado con la utilización de los índices. Efectivamente, ambos recursos hacen que el jugador no necesite extender las cartas que tiene en la mano para saber cuáles son, ya que con sólo separarlas un poco conoce a qué palo pertenecen y qué figura o carta numeral es cada una. El palo de oros no tiene pintas; el de copas tiene una; dos, el de espadas y tres, el de bastos. Es posible observar que con la adopción de las pintas los palos de la baraja se ordenan del modo siguiente: oros, copas, espadas y bastos. Es decir, según la interpretación más común de la simbología de los palos, primero está la monarquía, después la Iglesia, sigue la nobleza y finalmente aparece el pueblo. Otras interpretaciones de los palos asocian los oros con los comerciantes y burgueses, en lugar de hacerlo con la monarquía. Incluso hay quien atribuye la invención de los palos de la baraja española a un tabernero que ponía unos naipes a disposición de sus huéspedes para que se distrajeran. En esos naipes las copas representarían la taberna, los oros el dinero con el que pagaban los clientes, y las espadas y bastos los instrumentos con los que dirimían sus diferencias, provocadas o no por el juego. Según esta interpretación, los cuatro símbolos de la baraja sería los cuatro objetos más cercanos a los jugadores.

Los símbolos o motivos de los palos aparecen colocados ordenadamente en todas las cartas, excepto en el tres de bastos, en el que los símbolos suelen estar cruzados. Las copas son las figuras que muestran más diferencias en su diseño, variando desde formas cuadradas muy geométricas hasta las similares a urnas muy ornamentadas, pasando por los cálices y vasos de todo tipo. Normalmente la información del fabricante se incluye en el as de oros, aunque también los cuatros de copas y de oros, y en algunas ocasiones los doses de bastos y de espadas, suelen contener informaciones sobre la fabricación o la propiedad de la baraja.

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