Página 3 de 3
-¡La más alta gana!, dije, mientras tomaba la mía.
-¡Cuatro de copas!, aulló casi el hombre.
Di vuelta mi baraja con mano no muy firme.
-Ud. gana -dije-. Tengo el tres de espadas... Me encogí de hombros, y sacando la billetera la arrojé sobre la mesa.