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ROMEO
Ama, encomiéndame a tu dama y señora. Declaro solemnemente...
AMA
¡Dios os bendiga! Voy a decírselo. Señor, Señor, ¡no cabrá de gozo!
ROMEO
¿Qué vas a decirle, ama? No has entendido.
AMA
Le diré, señor, que os declaráis, y que eso es proposición de caballero.
ROMEO
Dile que vea la manera de acudir esta tarde a confesarse, y allí, en la celda de Fray
Lorenzo, se confesará y casará. Toma, por la molestia.
AMA
No, de veras, señor. Ni un centavo.
ROMEO
Vamos, toma.
AMA
¿Esta tarde, señor? Pues allí estará.
ROMEO
Ama, espera tras la tapia del convento.
A esa hora estará contigo mi criado
y te dará la escalera de cuerda
que en la noche secreta ha de llevarme
a la cumbre suprema de mi dicha.
Adiós, guarda silencio y serás recompensada.
Adiós, encomiéndame a tu dama.
AMA
¡Que el Dios del cielo os bendiga! Esperad, señor.
ROMEO
¿Qué quieres, mi buena ama?
AMA
¿Vuestro criado es discreto? Lo habréis oído:
« Dos guardan secreto si uno lo ignora.»
ROMEO
Descuida: mi criado es más fiel que el acero.
AMA
Pues mi señorita es la dama más dulce... ¡Señor, Señor! ¡Tan parlanchina de niña! Ah, hay
un noble en la ciudad, un tal Paris, que le tiene echado el ojo, pero ella, Dios la bendiga,
antes que verle a él prefiere ver un sapo, un sapo de verdad. Yo a veces la irrito diciéndole
que Paris es el más apuesto, pero, de veras, cuando se lo digo, se pone más blanca que una
sábana. ¿A que « romero » y « Romeo » empiezan con la misma letra?
ROMEO
Sí, ama, con una erre. ¿Qué pasa?
AMA
¡Ah, guasón! «Erre» es lo que hace el perro. Con erre empieza la... No, que empieza con
otra letra. Ella ha hecho una frase preciosa sobre vos y el romero; os daría gusto oírla.