Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra) Libros Clásicos

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ella, traerá agua la doncella, acuitaráse mucho porque viene la mañana, y
no querría que fuesen descubiertos, por la honra de su señora. Finalmente,
la infanta volverá en sí y dará sus blancas manos por la reja al caballero,
el cual se las besará mil y mil veces y se las bañará en lágrimas. Quedará
concertado entre los dos del modo que se han de hacer saber sus buenos o
malos sucesos, y rogarále la princesa que se detenga lo menos que pudiere;
prometérselo ha él con muchos juramentos; tórnale a besar las manos, y
despídese con tanto sentimiento que estará poco por acabar la vida. Vase
desde allí a su aposento, échase sobre su lecho, no puede dormir del dolor
de la partida, madruga muy de mañana, vase a despedir del rey y de la reina
y de la infanta; dícenle, habiéndose despedido de los dos, que la señora
infanta está mal dispuesta y que no puede recebir visita; piensa el
caballero que es de pena de su partida, traspásasele el corazón, y falta
poco de no dar indicio manifiesto de su pena. Está la doncella medianera
delante, halo de notar todo, váselo a decir a su señora, la cual la recibe
con lágrimas y le dice que una de las mayores penas que tiene es no saber
quién sea su caballero, y si es de linaje de reyes o no; asegúrala la
doncella que no puede caber tanta cortesía, gentileza y valentía como la de
su caballero sino en subjeto real y grave; consuélase con esto la cuitada;
procura consolarse, por no dar mal indicio de sí a sus padres, y, a cabo de
dos días, sale en público. Ya se es ido el caballero: pelea en la guerra,
vence al enemigo del rey, gana muchas ciudades, triunfa de muchas batallas,
vuelve a la corte, ve a su señora por donde suele, conciértase que la pida
a su padre por mujer en pago de sus servicios. No se la quiere dar el rey,
porque no sabe quién es; pero, con todo esto, o robada o de otra cualquier
suerte que sea, la infanta viene a ser su esposa y su padre lo viene a
tener a gran ventura, porque se vino a averiguar que el tal caballero es
hijo de un valeroso rey de no sé qué reino, porque creo que no debe de
estar en el mapa. Muérese el padre, hereda la infanta, queda rey el
caballero en dos palabras. Aquí entra luego el hacer mercedes a su escudero
y a todos aquellos que le ayudaron a subir a tan alto estado: casa a su
escudero con una doncella de la infanta, que será, sin duda, la que fue

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