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y torneos de fieras navajas.-
A tu lado, me envuelve en perfumes
la mantilla que cubre tus gracias,
y tu sangre, de ardor y misterio,
su bravía pasión me contagia.
Y me pongo a pensar en heridas
En silencio
Que este verso, que has pedido,
vaya hacia ti, como enviado
de algún recuerdo volcado
en una tierra de olvido...
para insinuarte al oído
su agonía más secreta,
cuando en tus noches, inquieta
por las memorias, tal vez,
leas, siquiera una vez,
las estrofas del poeta.
¿Yo...? Vivo con la pasión
de aquel ensueño remoto,
que he guardado como un voto,
ya viejo, del corazón.
¡Y sé, en mi amarga obsesión,
que mi cabeza cansada,
caerá, recién, libertada
de la prisión de ese ensueño
¡cuando duerma el postrer sueño
sobre la postrer almohada!
De primavera
En un carro triunfal hecho de auroras, y envueltas en flotantes muselinas, con impudor de audacias femeninas han llegado las nuevas doce horas.
El viejo de las frígidas doloras, lloradas en letales sonatinas, va huyendo, incorruptible, en sus neblinas, de las doce muchachas pecadoras.
¡Una orgía de luz...! Hoy se ha llenado de músicas el nido fecundado, y el cantor de selváticos poemas,
-heraldo de los sueños germinales-anuncia en sus pregones orquestales el reventar glorioso de las yemas!
Invitación Amada, estoy alegre: ya no siento la angustiosa opresión de la tristeza: el pájaro fatal del desaliento graznando se alejó de mi cabeza.
Amada, amada: ya, de nuevo, el canto vuelve a vibrar en mí, como otras veces; ¡y el canto es hombre, porque puede tanto, que hasta sabe domar tus altiveces!