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estampadas en esos puntos. Ellas sin duda son muy antiguas, y han sido
allí estampadas con algún objeto muy notable, pues no es posible creer lo
contrario, atendiendo al mucho tiempo que ha debido emplearse en
elaborarlas. Andando los tiempos vendrá sin duda algún anticuario, inglés
ha de ser precisamente, que copie esas inscripciones y publique una
voluminosa descripción de ellas y de sus viajes; obras que tendrán más
protección que la que entre nosotros, han tenido siempre los estudios
científicos de nuestras antigüedades. [212]
Guayaquil
El viajero que se dirige a Guayaquil, tomando el vapor de la Compañía
Inglesa para verificar su excursión, toca en el puerto de Payta, como
primera escala de descanso. Payta posee una cómoda y excelente bahía,
protegida de los vientos del mar por las alturas del cerro de la Silla; y
no escasean buenas y abundantes provisiones. A pesar de esas ventajas,
Payta es un punto de corto vecindario; la completa aridez de los terrenos
que la rodean, la hacen presentar un aspecto triste y desagradable. Su
situación a la base de barrancos de conglomerados de conchas y arcilla
amarillenta, arrastrados y depositados allí por muy antiguas y violentas
inundaciones, no le permite gozar de la más escasa vegetación; carece,
ademas, de vertientes de agua potable, y la que se consume es traída por
aguadores especiales del río La Chira, distante como cinco leguas. Posee
dos regulares Iglesias, y una Aduana, construida de fierro, cómoda y
aparente para el comercio de esa localidad. De Payta sale una linea férrea
que debe unir el puerto a la ciudad de Piura, capital del departamento; y