Juan Salvador Gaviota (Richard Back) Libros Clásicos

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-Es bastante divertido -dijo.
Juan estaba maravillado. Se olvidó de preguntar por el cielo.
-¿Cómo lo haces? ¿Qué se siente al hacerlo? ¿A qué distancia puedes llegar?
-Puedes ir al lugar y al tiempo que desees -dijo el Mayor-. Yo he ido donde y
cuando he querido. -Miró hacia el mar-. Es extraño. Las gaviotas que
desprecian la perfección por el gusto de viajar, no llegan a ninguna parte, y lo
hacen lentamente. Las que se olvidan de viajar por alcanzar la perfección,
llegan a todas partes, y al instante. Recuerda, Juan, el cielo no es un lugar ni
un tiempo, porque el lugar y el tiempo poco significan. El cielo es...
-¿Me puedes enseñar a volar asi? -Juan Gaviota temblaba ante la conquista
de otro desafío.
-Por supuesto, si es que quieres aprender.
-Quiero. ¿Cuándo podemos empezar?
-Podríamos empezar ahora, si lo deseas.
-Quiero aprender a volar de esa manera -dijo Juan, y una luz extraña brilló
en sus ojos-. Dime qué hay que hacer.
Chiang habló con lentitud, observando a la joven gaviota muy cuidadosamente.
-Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista -
dijo-, debes empezar por saber que ya has llegado...
El secreto, según Chiang, consistía en que Juan dejase de verse a sí mismo
como prisionero de un cuerpo limitado, con una envergadura de ciento cuatro
centímetros y un rendimiento susceptible de programación. El secreto era
saber que su verdadera naturaleza vivía, con la perfección de un número no
escrito, simultáneamente en cualquier lugar del espacio y del tiempo.

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