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Salté al espacio desde Morglay hace doscientas horas – decía -. Estuve allí doce días locales, trescientas horas standard galácticas, y el viaje desde Curtana duró trescientas veinte. Ese navío, el Enterprise salió al espacio desde allí varios días antes que yo. Podría decirse que lleva salido de Windsor unas mil doscientas horas, ahora debe estar en Curtana.
La habitación estaba en silencio. La brisa hacía revolotear las cortinas de las ventanas abiertas; del jardín inferior, aladas aves nocturnas revoloteaban entre los árboles.
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Nunca lo esperaba - dijo Harkaman-. Pensé que se habría llevado de inmediato el navío a la antigua Federación - se sirvió vino. Claro, Dunnan está loco. Un loco
tiene a veces cierta ventaja, como el luchador zurdo de cuchillos. Hace cosas inesperadas;
-No hubo ningún movimiento alocado - dijo Rovard Grauffis – tenemos poquísimo comercio directo con Curtana. Es una casualidad que nos hayamos enterado de esto ahora.
La copa del capitán del carguero estaba medio vacía. Se la llenó hasta el borde.
- Ese fue el primer navío Gram que llegó allí hace años – asintió -. Por lo tanto, es natural que llamase la atención. Y al hacer que cambiasen su blasón, de la espada y símbolo atómico hasta el azul creciente. Y el rencor por parte de los otros capitanes y empleados del lado planetario por los hombres que el les arrebató.
-¿ Cuántos hombres y de qué clase?
El hombre de la barba gris se encogió de hombros.
- Estaba demasiado atareado revolviendo carga para Morglay para prestar mucha atención. Casi un complemento de espacionaves oficiales y navegantes de todas clases.