La lucha por la vida I (Pío Baroja) Libros Clásicos

Página 39 de 261


huéspedes, un chusco se puso a darle a la caja de música del pasillo, y
el «Gentil pastor» de La Mascota y el vals de La Diva brotaron confusos;
el Superhombre y Celia dieron unas vueltas de vals y concluyeron
cantando todos una habanera, hasta que se cansaron, y se marchó cada
mochuelo a su olivo.


IV


¡Oh, el amor, el amor! - ¿Qué hace don Telmo? - ¿Quién es don
Telmo? - En el cual el estudiante y don Telmo toman ciertas
proporciones novelescas


A la Baronesa apenas se la veía en casa, excepto en las primeras horas
de la mañana y de la noche. Comía y cenaba fuera. A creer a la patrona,
era una trapisondista, y tenía grandes alternativas en su posición, pues
tan pronto se mudaba a una casa buena y llevaba coche como
desaparecía varios meses en el cuartucho infecto de una casa de pupilos
barata.

La hija de la Baronesa, una niña de unos doce a catorce años, no se
presentaba nunca en el comedor ni en el pasillo; su madre la prohibía
toda comunicación con los huéspedes. Se llamaba Kate. Era una
muchacha rubia, muy blanca y muy bonita. Sólo el estudiante Roberto
hablaba con ella algunas veces en inglés.

El muchacho miraba a la chiquilla con entusiasmo.

Aquel verano debió de terminar la mala racha de la Baronesa, porque
comenzó a hacerse ropa y se preparó a mudarse de casa.

Durante unas semanas iban todos los días una costurera y una

Página 39 de 261
 

Paginas:
Grupo de Paginas:               

Compartir:



Diccionario: