Una Víctima del Espacio Superior (Algernon Blackwood) Libros Clásicos

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Aquí busqué en las teorías y especulaciones de otros. Sin embargo, los libros eran muy pocos y muy espaciados, y, con la excepción de un hombre-un «soñador», como el mundo lo llamaba-cuya audacia y penetrante intuición me sorprendieron y me encantaron más allá de toda descripción, no encontré a nadie que me guiara o ayudara.
-Por supuesto que usted, doctor Silence, comprende algo de hacia dónde me estoy dirigiendo con estas titubeantes palabras, aunque no pueda quizá todavía adivinar a qué profundidades de dolor me llevó mi nuevo conocimiento, ni por qué una relación con una nueva dimensión del espacio pudo resultar una fuente de misterio y terror.
El señor Mudge, recordando que la silla no se movería, hizo lo mejor que pudo en su deseo de acercarse al hombre atento que lo encaraba, y se inclinó hacia adelante sobre el borde mismo de los cojines, cruzando sus piernas y gesticulando con ambas manos como mirando esta región del nuevo espacio que estaba intentando describir, y pudiera en cualquier momento saltar dentro de él desde el borde de la silla y perderse de vista. John Silence, separado de él por tres ases, se mantenía con los ojos fijos sobre la pálida cara de enfrente, reparando en cada palabra y gesto con una profunda atención.
-Esta habitación donde estamos sentados, doctor Silence, tiene un lado abierto al espacio-al espacio superior. Una caja cerrada sólo parece cerrada. Existe una entrada y una salida de una burbuja de jabón, sin romper la membrana.
-No me dice nada nuevo -interpuso gentilmente el doctor.
-Por lo tanto, si el espacio superior existe y nuestro mundo limita con él y se encuentra parcialmente en él, necesariamente se concluye que nosotros sólo vemos porciones de los objetos.

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