Odisea (Homero) Libros Clásicos

Página 40 de 265

Los caballos no los llevaré a Itaca, te los dejaré aquí como ornato, pues tú reinas en una llanura vasta en la que hay mucho loto, juncia, trigo, espelta y blanca cebada que cría el campo. En Itaca no hay recorridos extensos ni prado; es tierra criadora de cabras y más encantadora que la criadora de caballos. Pues ninguna de las islas que se reclinan sobre el mar es apta para el paso de caballos ni rica en prados, a Itaca menos que ninguna.»
Así dijo, y Menelao, de recia voz guerrera, sonrió y lo acarició con la mano; le llamó por su nombre y le dijo su palabra:
«Hijo querido, eres de sangre noble, según hablas. Te cambiaré el regalo, pues puedo. Y de cuantos objetos hay en mi palacio que se pueden conservar, te daré el más hermoso y el de más precio. Te daré una crátera bien trabajada, de plata toda ella y con los bordes pulidos en oro. Es obra de Hefesto; me la dio el héroe Fedimo, rey de los sidonios, cuando me alo jó en su casa al regresar. Esto es lo que quiero regalarte.»
Mientras departían entre sí iban llegando los invitados al palacio del divino rey. Unos

«Antínoo, ¿sabemos cuándo vendrá Telémaco de la arenosa Pilos o no? Se fue llevándose mi nave y preciso de ella para pasar a la espaciosa Elide, donde tengo doce yeguas y mulos no domados, buenos para el laboreo; si traigo alguno de estos podría domarlo.»
Así dijo, y ellos quedaron atónitos, pues no pensaban que Telémaco hubiera marchado a Pilos de Neleo, sino que se encontraba en el campo con las ovejas o con el porquerizo.
Mas, al fin, Antínoo, hijo de Eupites, contestóle diciendo:
«Háblame sinceramente. ¿Cuándo se fue y qué mozos lo acompañaban? ¿Los mejores
de Itaca o sus obreros y criados? Que también pudo hacerlo así. Dime también con verdad, para que yo lo sepa, si te quitó la negra nave por la fuerza y contra tu voluntad o se la diste de buen grado, luego de suplicarte una y otra vez.»
Y Noemón, el hijo de Fronio, le contestó:
«Yo mismo se la di de buen grado. ¿Qué se podría hacer si te la pide un hombre como él, con el ánimo lleno de preocupaciones? Sería difícil negársela. Los jóvenes que le acompañaban son los que sobresalen entre nosotros en el pueblo.

Página 40 de 265
 

Paginas:
Grupo de Paginas:               

Compartir:




Diccionario: