Los amores (Ovidio) Libros Clásicos

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Yo tomaré antes que nadie la copa que devuelvas, y beberé en ella por la misma parte que hayas bebido. Si acaso te ofrece algún manjar que él gustase primero, recházalo, porque 1o ha tocado su boca. No consientas que ligue sus brazos a tu cuello, ni reclines tu linda cabeza sobre su helado cuerpo; no le dejes que introduzca la mano en tu seno tur­gente, y, sobre todo, evita darle ningún beso, pues si se lo das, me declararé a voces tu amante, gritando: «¡Esos besos son míos!», y extenderé hacia ti los brazos. Esto al menos lo veré; mas lo que cela el cobertor de la cama, eso es lo que teme la ceguedad de mi pasión. Que no se atraviese su pierna con la tuya, ni se choquen vuestras rodillas, ni tus pies deli­cados tropiecen con sus pies de gañán. ¡Ay, desgra­ciado!, temo muchas cosas, porque las hizo mi insolencia, y me atormenta el miedo de mi propia conducta. ¡Cuántas veces mi voluptuosidad y la de mi prenda supieron encontrar bajo el vestido dulcísimos entretenimientos! Tú no hagas cosa semejante, y para disipar mis sospechas, aligérate del manto que envuelve tu cuerpo. Insta a tu marido a que beba sin cesar, mas no acompañes tus ruegos con los besos; mientras bebe, echa furtivamente vino en la copa, y cuando caiga amodorrado por el vino y la embriaguez, tomaremos consejo del lugar y la ocasión. Al levantarte, dispuesta a volver a casa, nos levantaremos todos; apresúrate a mezclarte entre el bullicio de la turba, que allí me encontrarás
o te encontraré yo, y entonces pálpame con tu fina mano cuanto puedas. ¡Ay infeliz1, mis advertencias sólo aprovechan pocas horas; la noche me obliga a separarme de mi dueño; por la noche su marido la tendrá encerrada, y yo triste y anegado en lágrimas, sólo osaré seguirla hasta la puerta cruel. Ya te llenará de besos, ya no se satisfará con ellos solamente; los favores que me concedes en secreto te los exigirá como débito; no se los concedas sin pesar (esto puedes hacerlo), como si cedieses a la violencia: enmudezcan tus caricias, y que Venus se goce en atormentarle.

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