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Como Helena arrebatada a las márgenes del Eurotas por las naves de Frigia, encendió la guerra entre sus dos esposos; corno Leda, a quien el sagaz adúltero, bajo la apariencia de una ave, sedujo con la nitidez de sus plumas; como erraba por los sedientos campos Amimone con la urna en la cabeza, tal apareciste a mis ojos, y temía por ti al águila y al toro y todas las transformaciones que el amor sugirió al omnipotente Jove.
Ahora no me aflige el temor, he sanado de mi dolencia y tu cara ya no es el recreo de mis ojos. ¿Me preguntas por qué tal mudariza? Porque te vendes a las dádivas, motivo suficiente para que no me entusiasmes; mientras fuiste ingenua y sencilla, amé tu cuerpo y tu alma; hoy la degradación de ésta ha disminuido mucho tu belleza. El amor es un niño desnudo, sus años desconocen la maldad, desecha las vestiduras y quiere revelarse cual es. ¿Por qué disponéis que el hijo de Venus se prostituya al oro? Anda sin ropa y no tiene sitio donde ocultar el precio de sus mercedes. Ni a Venus ni a su hijo conviene el rudo ejercicio de las armas; dioses tan débiles, no pueden pelear a sueldo. La meretriz se ofrece al primero que llega por un precio establecido, y entre-ga su cuerpo por mísera ganancia; pero detesta la tiranía del avaro rufián y hace por fuerza lo que vosotras por gusto. Tomad ejemplo de las bestias privadas de razón, y os avergonzaréis al advertir en ellas un natural más delicado. La yegua no pide nada al potro, ni al toro la vaca; el carnero no cautiva con dones a la oveja que le atrae. La mujer sola se enriquece con los despojos del varón; ella sola pone a sueldo sus noches, ella sola se alquila, vende el placer que sienten los dos, que los dos anhelaban, y fija el precio en razón de los goces que espera. Si los deleites de Venus han de ser gratos y comunes a los dos, ¿por qué la una los vende y el otro los paga? ¿Por qué el goce ha de ser dañoso para mí y lucrativo para ti, cuando uno y otro realizarnos los mismos esfuerzos? Los testigos comprados delinquen con sus perjurios; el arca de un juez sin tacha nunca está abierta; es vergonzoso defender a los míseros reos por la retribución, y que un tribunal llegue a enriquecerse con sus fallos.