El contrato social (Jean Jacques Rousseau) Libros Clásicos

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sabiendo que es miembro del estado; ni si la ley puede ser injusta,
supuesto que nadie es injusto consigo mismo; ni como uno puede ser libre y
sometido á las leyes, supuesto que estas no son mas que los registros de
nuestra voluntad.
De aqui se deduce tambien que siendo la ley universal tanto por parte
de la voluntad como por parte del objeto, no es ley lo que un hombre, sea
quien fuere, manda por propia autoridad: hasta aquello que manda el
soberano sobre un objeto particular, no es una ley, sino un decreto: ni un
acto de soberanía, sino de magistratura.
Llamo pues república á cualquier estado gobernado por leyes, bajo
cualquiera forma de administracion que fuere; pues solo entonces el
interés público gobierna, y la causa pública es tenida en algo. Todo
gobierno legítimo es republicano (11): mas tarde esplicaré lo que entiendo
por gobierno. [50]
Las leyes propiamente no son mas que las condiciones de la asociacion
civil. El pueblo, sometido á las leyes, debe ser su autor; solo pertenece
á los que se asocian el determinar las condiciones de la sociedad. Mas de
que manera las determinarán? Será de comun acuerdo, por medio de una
súbita inspiracion? Tiene el cuerpo político algun órgano para espresar
sus voluntades? Quien le dará la prevision necesaria para formar las actas
de estas, y para publicarlas de antemano? ó bien, de que manera las
espresará en el momento en que sea necesario? Como es posible que una
multitud ciega, que á menudo ni lo que quiere sabe, porque raras veces
conoce lo que le conviene; ¿como es posible, repito, que pueda ejecutar
por sí sola una empresa tan grande, tan difícil como un sistema de
legislacion? Por si solo el pueblo quiere siempre lo bueno, pero por si
solo no lo vé siempre. La voluntad general siempre es recta, pero el
juicio que la guia no siempre es ilustrado. Es preciso hacerle ver los

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