El contrato social (Jean Jacques Rousseau) Libros Clásicos

Página 44 de 140

Mejor se puede resistir en un momento de desórden
absoluto que en uno de fermentacion, en el cual cada uno está distraido
con su rango y olvidado del peligro. Si en este momento de crisis
sobreviene una guerra, una carestía, una sedicion, el estado está
destruido sin falta.
No por esto deja de haber muchos gobiernos, establecidos durante
estas tormentas; pero en este caso los mismo gobiernos destruyen el
estado. Los usurpadores acarrean ó escogen siempre estos tiempos de
trastornos para hacer pasar, ayudados del público espanto, leyes
destructoras que el pueblo jamás adoptaria si conservase su serenidad. La
eleccion del momento de la institucion es uno de los caracteres mas
seguros para distinguir la obra del legislador de la del tirano.
Que pueblo pues es apto para la legislacion? Aquel que encontrándose
ya unido por el orígen, por el interés ó por la convencion, no ha llevado
aun el verdadero yugo de las leyes; aquel que no tiene ni costumbres ni
supersticiones muy arraigadas; aquel que no teme ser oprimido por una
invasion súbita; el [67] que sin mezclarse en las disputas de sus vecinos,
puede resistir por sí solo á cada uno de ellos, ó recibir auxilios del uno
para rechazar al otro; aquel cuyos miembros pueden conocerse todos
mútuamente, y en el cual no se obliga á un hombre á cargar con un peso
mayor del que puede llevar; el que puede subsistir sin los demas pueblos,
y del cual ningun pueblo tiene necesidad (15); el que ni es rico, ni es
pobre y que puede bastarse á sí mismo; en fin, aquel que reune la
consistencia de un pueblo antiguo á la docilidad de un pueblo nuevo. Lo
que hace penosa una obra de legislacion no es tanto lo que se ha de hacer
como lo que se ha de destruir; y lo que hace que el éxito sea tan raro es
la imposibilidad de encontrar la sencillez de la naturaleza unida á las

Página 44 de 140
 

Paginas:
Grupo de Paginas:         

Compartir:




Diccionario: