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derechos y fortalecen vuestra tranquilidad. Vuestra Constitución es
excelente, dictada por la razón más sublime y garantida por potencias
amigas y respetables; vuestro Estado es tranquilo; no tenéis guerras ni
conquistadores que temer; no tenéis otros amos que las sabias leyes que
vosotros mismos habéis hecho, administradas por íntegros magistrados por
vosotros elegidos; no sois ni demasiado ricos para enervaros en la molicie
y perder en vanos deleites el gusto de la verdadera felicidad y de las
sólidas virtudes, ni demasiado pobres para que tengáis necesidad de más
socorros extraños de los que os procura vuestra industria; y esa preciosa
libertad, que no se mantiene en las grandes naciones sino a costa de
exorbitantes impuestos, casi nada os cuesta conservarla.
«¡Que pueda durar siempre, para dicha de sus conciudadanos y ejemplo
de los pueblos, una república tan sabia y afortunadamente constituida! He
aquí el único voto que tenéis que hacer, el único cuidado que os queda. En
adelante, a vosotros incumbe, no el hacer vuestra felicidad -vuestros
antepasados os han evitado ese trabajo-, sino el conservarla duraderamente
mediante un sabio uso. De vuestra unión perpetua, de vuestra obediencia a
las leyes y de vuestro respeto a sus ministros depende vuestra
conservación. Si queda entre vosotros el menor germen de acritud o
desconfianza, apresuraos a destruirlo como levadura funesta de donde
resultarían tarde o temprano vuestras desgracias y la ruina del Estado. Os
conjuro a todos vosotros a replegaros en el fondo de vuestro corazón y a
consultar la voz secreta de vuestra conciencia. ¿Conoce alguno de vosotros
en el mundo un cuerpo más íntegro, más esclarecido, más respetable que
vuestra magistratura? ¿No os dan todos sus miembros ejemplo de moderación,
de sencillez de costumbres, de respeto a las leyes y de la más sincera
armonía? Otorgad, pues, sin reservas a tan discretos jefes esa saludable
confianza que la razón debe a la virtud; pensad que vosotros los habéis
elegido, que justifican vuestra elección y que los honores debidos a