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Et conviene que en tal manera fabledes con él, que entienda que queredes toda su pro et su onra, et que non avedes cobdiçia de ninguna cosa de lo suyo; ca si omne estas dos cosas non guarda a su amigo, non puede durar entre ellos el amor luengamente.
El conde se falló por bien aconsejado del consejo de Patronio, su consejero, et fízolo como él le consejara, et fallóse ende bien.
Et entendiendo don Johan que estos exiemplos eran muy buenos, fízolos escribir en este libro, et fizo estos viesos en que se pone la sentençia de los exiemplos. Et los viessos dizen assí:
Non vos engañedes, nin creades que, endonado, faze ningún omne por otro su daño de grado.
Et los otros dizen assí:
Por la piadat de Dios et por buen consejo, sale omne de coita et cunple su deseo.
Et la estoria deste exiemplo es ésta que se sigue:
Exemplo II
De lo que contesçió a un omne bueno con su fij
Otra vez acaesçió que el conde Lucanor fablava con Patronio, su consejero, et díxol’ cómo estava en grant coidado et en grand quexa de un fecho que quería fazer, ca, si por aventura lo fiziese, sabía que muchas gentes le travarían en ello; et otrosí, si non lo fiziese, que él mismo entendié quel’ podrían travar en ello con razón. Et díxole cuál era el fecho et él rogól’ quel’ consejase lo que entendía que devía fazer sobre ello.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, bien sé yo que vós fallaredes muchos que vos podrían consejar mejor que yo, et a vos dio Dios muy buen entendimiento, que sé que mi consejo que vos faze muy pequeña mengua; mas pues lo queredes, dezirvos he lo que ende entiendo. Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, mucho me plazería que parásedes mientes a un exiemplo de una cosa que acaesçió una vegada a un omne bueno con su fijo.
El conde le rogó quel’ dixiese que cómo fuera aquello. Et Patronio dixo:
-Señor, assí contesçió que un omne bueno avía un fijo; como quier que era moço segund sus días, era asaz de sotil entendimiento.