El Conde Lucanor (Juan Manuel) Libros Clásicos

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Et don Illán díxol’ que fuesse en buena ventura et que as­saz avía provado lo que tenía en él, et que ternía por muy mal enpleado si comiesse su parte de las perdizes.
Et vós, señor conde Lucanor, pues veedes que tanto fazedes por aquel omne que vos demanda ayuda et non vos da ende mejores gracias, tengo que non avedes por qué trabajar nin aventurarvos mucho por llegarlo a logar que vos dé tal galardón como el deán dio a don Illán.
El conde tovo esto por buen consejo, et fízolo assí, et fallósse ende bien.
Et porque entendió don Johan que era éste muy buen exiemplo, fízolo po­ner en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:
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Al que mucho ayudares et non te lo conosçiere, menos ayuda abrás de’l desque en grand onra subiere.
Et la estoria deste exiemplo es ésta que se sigue:

Exemplo XII
De lo que contesçió a un raposo con un gall

El conde Lucanor fablava con Patronio, su consejero, una vez en esta guisa:
-Patronio, vós sabedes que, loado a Dios, la mi tierra es muy grande et non es toda ayuntada en uno. Et como quier que yo he muchos lugares que son muy fuertes, he algunos que lo non son tanto, et otrosí otros lugares que son ya cuanto apartados de la mi tierra en que yo he mayor poder. Et cu­ando he contienda con míos señores et con míos vezinos que an mayor po-der que yo, muchos omnes que se me dan por amigos, et otros que se me fazen consejeros, métenme grandes miedos et grandes espantos et con­séjanme que en ninguna guisa non esté en aquellos míos lugares apartados, sinon que me acoja et esté en los lugares más fuertes et que son bien dentro en mi poder; et porque yo sé que vós sodes muy leal et sabedes mucho de tales cosas como éstas, ruégovos que me consejedes lo que vos semeja que me cumple de fazer en esto.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, en los grandes fechos et muy dub­dosos son muy periglosos los consejos, ca en los más de los consejos non puede omne fablar çiertamente, ca non es omne seguro a que pueden re­codir las cosas; ca muchas vezes viemos que cuida omne una cosa et recude después a otra; ca lo que cuida omne que es mal, recude a las vegadas a bien, et lo que cuida omne que es vien, recude a las vegadas a mal; et por ende, el que a dar consejo, si es omne leal et de buena entençión, es en muy grand quexa cuando ha de consejar, ca si el consejo que da recude a bien, non ha otras gracias sinon que dizen que fizo su debdo en dar buen consejo; et si el consejo a bien non recude, sienpre finca el consejero con daño et con vergüença.

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