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.. Bueno, ¿qué se podía esperar de una empresa humana abandonada a sus propios recursos que no contaba con el inapreciable beneficio de la supervisión capellana?
Las neveras volvieron a llenarse y los sectores comerciales se iluminaron, aunque muchas de las zonas protegidas por el conjunto de techos y plataformas colocadas de tal forma que creaban la impresión global de una armadura siguieron sumidas en la oscuridad. La única luz que había en ellas era la enfermiza claridad verdosa de las criaturas fosforescentes que crecían en sus paredes.
La función más lucrativa del orbital resucitado no tardó en ser la de el parque de aventuras alienígenas. Grupos de turistas, fanáticos de la supervivencia y cuadros paramilitares de organizaciones extremistas podían vagabundear por sus fantasmagóricos y peligrosos pasillos después de haber pagado una tarifa muy elevada y haber firmado un documento que eximía al comité de toda responsabilidad por lo que pudiera ocurrirles. Los muelles - una especie de meseta gigante abierta en los dos extremos que se encuentra debajo de la superestructura en forma de cúpula- se convirtieron en el refugio de todas las naves que preferían no frecuentar plataformas mejor iluminadas y mucho más respetables.
Cuando la Alice Liddell llegó a Plenty transportando dos artistas de cabaret, el orbital era un habitáculo espacial gigante cuyo proceso de remodelación no había llegado a completarse. Las mejoras y reparaciones sólo alcanzaron un éxito parcial, y quedaban bastantes zonas en las que habían fracasado de la forma más estrepitosa imaginable. Criaturas y artefactos muy extraños correteaban de un lado a otro ocultándose entre las sombras. ¿Quién podía saber cuáles eran los procesos dormidos, las trampas para incautos, los reflejos misteriosos y violentos que podían ser activados por la entrada en los pasillos y celdas que sus constructores habían clausurado? Los frasques no habían dejado guías y no había nadie que pudiera descifrar sus mapas. El mero hecho de doblar un recodo podía hacer que te ocurriera cualquier cosa.
Y Plenty es todo curvas. El orbital no posee ni un sólo ángulo recto. La estructura tiene una forma vagamente ovalada, y toda la estación está construida con una sustancia laminar más parecida al cuero que a cualquier otro material. La lisura de todas las superficies refuerza todavía más la impresión inicial de que Plenty es algo orgánico, algo que fue generado y no construido.
-Parece una tortuga gigante -dijo Marco Metz-.