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Lleva una casulla de plástico azul transparente con la capucha en la cabeza.
-¿Es-es-estás en contacto? -pregunta.
"Soberbio -piensa Tabitha-. Un evangelista enchufado... Un evangelista enchufado que tartamudea... ¿De dónde diablos sacarán a estos tipos?"
TENGO LA IMPRESION DE QUE LA IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO DE LA NEUROSFERA EXPANDIDA NO LE CAE DEMASIADO BIEN.
Has acertado.
POR LO QUE LE OCURRIO A SU HERMANA, ¿VERDAD?
Sí.
ANGIE.
ANGIE SE MARCHO DE CASA PARA CONVERTIRSE EN UNA ENCHUFADA.
Vaya, veo que te acuerdas de eso...
GRACIAS, CAPITANA. INTENTO SUPERARME Y PROCURO NO OLVIDAR NADA.
Oh, sí, ya veo. Aquel pobre idiota también se tomaba muy en serio su trabajo, ¿sabes?
Siguió soltando no sé qué tonterías sobre estar "alineado" y el "interconectarse" y mientras hablaba no paraba de acariciar el panel del cajero automático en el que había metido mi conector.
-N-n-nunca vo-vo-volverás a te-te-tener ma-ma-malentendidos con ni-ni-ninguna máqui-quina.
¿POR QUÉ NO SE LIBRÓ DE ÉL?
Porque a veces soy un poco gilipollas.
DESDE LUEGO.
Sí, ya sé que puedo serlo. La verdad es que me daba un poco de pena.
¿PORQUE TARTAMUDEABA?
Porque me recordaba a Angie. Verás, Alice, los enchufados... No puedo ponerme dura con ellos. Siempre acabo dándoles algo de dinero, sobre todo si son mujeres. Siempre pienso que podría ser ella, ¿entiendes?
NO HAY MUCHAS PROBABILIDADES DE QUE SE ENCUENTRE CON ELLA.
Vamos, Alice, no se trata de eso...
La cabeza de aquel chico era realmente increíble, ¿sabes? Tenía la forma de un casco, la misma forma que siempre he pensado que deben tener las cabezas de los policías en cuanto se quitan sus cascos... Ah, y también tenía la nariz perfecta para ese tipo de cabeza, una cosa tan cuadrada y sólida que parecía una losa. La verdad es que toda su cara parecía una losa. . Era como s¡ algo hubiera caído del cielo y se la hubiera aplastado. Quizá fue la mano del Todopoderoso, no lo sé. Debajo del tubo había un surco que le cruzaba toda la mejilla y desaparecía debajo de su oreja.
-Tenemos que tratarlas bien -dijo mientras seguía acariciando el panel del cajero automático. Ah... Tendrás que imaginarte el tartamudeo, ¿de acuerdo?-. Siente lo que las máquinas están intentando decirnos.
-Sé lo que está intentando decirme -repliqué yo-.