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Marco empezó a aplaudir entusiásticamente.
Tabitha recorrió el hangar con la mirada intentando localizar al hombre. La bala de cañón humana parecía haberse esfumado. Consiguió ver a la mujer- un destello azul en un sensor de popa-, y la perdió enseguida.
-Eso ha sido una estupidez -dijo.
-¡Han ganado! -exclamó Marco con expresión triunfal, y extendió las manos hacia ella.
Tabitha permitió que la abrazara y le dio un beso algo distraído.
-Muévete -dijo señalando el reloj.
-¿No vas a venir?
-¿Con ese montón de perks enloquecidos queriendo vengarse de ti? Ni soñarlo... Ya quedé lo suficientemente harta de perks en Schiaparelli, ¿recuerdas?
Marco movió la mano en un gesto cortante como si quisiera indicar que el pasado no tenía ni la más mínima importancia.
-Esos perks son historia -dijo-. Te aseguro que no volverán a molestarnos.
-No pararán hasta haberte encontrado -dijo Tabitha-. Allá arriba...
Alzó los ojos hacia las toneladas carentes de peso que se amontonaban sobre sus cabezas.
Marco le cogió la mano y la miró a los ojos.
-Vamos, Tabitha... -dijo. Tabith
apartó la mano que le había cogido con cierta brusquedad
-Tráeme esa tarjeta que me prometiste, Marco -dijo . Después... Y
veremos.
-Eh -murmuró Marco-. No tengas miedo, ¿de acuerdo? Cuidaré de ti. Ya sabes que cuidaré de ti, ¿verdad? ¿Acaso no he cuidado de ti hasta ahora?
Tabitha no le hizo caso y volvió la cabeza hacia el parabrisas. Las conexiones abandonadas yacían sobre el suelo lleno de manchas como
serpientes que aguardaran el momento de atacar.
-Vete dijo-. Sal de la nave y ve a buscar el dinero. Yo me quedaré aquí.
-Pero, Tabitha, cariño...
-No me llames cariño.
Le miró. Los hermosos ojos castaños de Marco la contemplaban con
expresión suplicante.
-Haré unas cuantas llamadas mientras estás fuera e intentaré averiguar si hay algún cristal disponible -dijo con firmeza-. Después dormiré un rato. Estoy reventada.
-Vamos... dijo él-. Oye, ¿no crees que dormirás mucho mejor en un hotel? Te instalaremos en el mejor hotel de la estación, ¿de acuerdo? Tendrás tu propia habitación individual para que nadie te moleste. Te darás una ducha, tomarás un par de copas y te sentirás mucho mejor. Relájate. Ya sabes que necesitas relajarte, ¿no? Y luego... ¡El espectáculo!
-Ya he tenido espectáculo más que suficiente por hoy, gracias -replicó