Reconquistar Plenty (Colin Greenland) Libros Clásicos

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-¿Estás segura de que no quieres uno? -preguntó.
Tabitha no respondió. No tenía energías ni para contestar. Siguió arrodillada en el suelo aferrando su libro de bolsillo y su bolsa de viaje sintiendo que su cuerpo se había convertido en un agujero negro lleno de abatimiento y desesperanza.
-Entonces... ¿Puedo coger uno? -preguntó Saskia.
Tabitha asintió lentamente con la cabeza. Su mentón se desplomó sobre su pecho y se quedó inmóvil apoyado en él como si alguien hubiera aumentado la gravedad de repente y su cabeza se hubiera convertido en un objeto tan pesado que no podía volver a levantarlo.
Saskia logró separar un caramelo pegajoso de la masa indistinta de golosinas. Después lo contempló frunciendo el ceño e intentó quitarle los trocitos de plástico que se le habían pegado.
-Bastardos -dijo con voz preocupada.
Dejó de luchar con los trocitos de plástico y se metió el caramelo en la boca. Bajó la mirada hacia el suelo, vio un objeto que había resbalado por el suelo de la celda hasta quedar debajo del catre, alargó una mano y lo cogió.
Era la armónica de Tabitha.
Saskia se la alargó. -¿Tabitha
dijo sin muchas esperanzas
Tabitha no se movió
-Oh, Tabitha, vamos..
Saskia se puso de rodillas sobre el suelo y la abrazó por detrás pegando su
mejilla a la espalda del traje.
-Calma, calma... -dijo con voz algo pastosa a causa del caramelo que se había metido en la boca.
Tabitha alzó la cabeza y contempló lo que la rodeaba como si no
entendiera qué estaba haciendo allí.
-¿Qué pasa?
Saskia emitió un suave gruñido de desaprobación. Deslizó las manos desde la cintura de Tabitha hasta la parte de atrás del cuello, allí donde éste emergía del traje. Apretó sus tensos músculos intentando relajarlos y le acarició el pelo.
Tabitha se resistió durante unos momentos y acabó dejando que su cabeza se inclinara hacia atrás hasta reposar en las manos de Saskia. Había vuelto a cerrar los ojos.
El destrozado libro de bolsillo resbaló de entre los dedos de Tabitha y cayó sobre el sucio suelo de la celda. Tabitha no intentó recuperarlo.
Saskia se pegó a la espalda de Tabitha sin dejar de sostener su cuello. Acarició la mejilla de Tabitha con los labios.
Tabitha seguía arrodillada, pasiva e inerte.

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