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-Creo que conseguí activar el impulsor por pura suerte -me confesó.
-Tengo una explicación mejor -dije yo-. Cuando Xtasca transmitió la segunda parte de la cinta desde las entrañas de la Horrible verdad, añadí algo a la señal.
-¿Qué añadiste?-preguntó Hannah.
-Una configuración.
-Muy inteligente por tu parte.
-No pude evitarlo -dije yo-. Fue algo automático. Después de todo, no soy más que una máquina.
Y sigo siéndolo, siempre que se utilice una definición del término lo suficientemente amplia.
Había varias personas en el pasillo y querían entrar. Visitantes asustados, frasques que se tambalean, un par de limpiadoras altaceanas... Ah, y el spaniel. Tabitha alzó la cabeza y se incorporó en su sillón.
-¡Fuera de aquí! ¡Todos! Hannah, ¿puedes vaciar el edificio?
-Ya lo hice en una ocasión -replicó Hannah-. Antes de...
-Antes -dijo Tabitha.
Una voz empezó a hablar en el pasillo. Intentaba sonar tranquilizadora,
pero el tono era bastante crispado y hablaba demasiado deprisa.
-Sueño de los Justos pide disculpas a todos nuestros queridos huéspedes, pero esta instalación va a dejar de funcionar dentro de unos momentos. Gracias por haber escogido Sueño de los Justos. Tengan la
bondad de seguir las luces verdes y encontrarán la salida más próxima.
La voz repitió su mensaje y fue sustituida por los acordes del arpa.
Tabitha hincó los codos en los brazos del sillón e inclinó la cabeza hasta
apoyarla en las manos. Saskia empezó a darle masaje en el cuello. Tabitha extendió un brazo y la detuvo.
-Bien, ¿queréis venir? -preguntó.
-Sí -dijo Saskia-. No quiero perderme esto.
-Capitana, ¿adónde vamos? -preguntó Xtasca.
-¿Que adónde vamos? Bueno... Supongo que será mejor regresar.
-¿Regresamos? -exclamó Saskia poniendo cara de desilusión- ¡Creía que íbamos a seguir adelante!
Tabitha dejó escapar un gemido.
-Ahora no, por favor...
-Capitana, no creo que sea una buena idea -la advirtió Hannah-. Cuando me marché de allí las cosas estaban bastante mal. -Guardó silencio durante unos momentos-. Y no han mejorado mucho -confirmó.
-Creía que querías ponerla a prueba para averiguar de qué es capaz - insistió Saskia.
Tabitha alzó una mano con dificultad, como si pesara toneladas.
-Alice, ve hasta la barrera. Intenta...
-YA NO HAY NINGUNA BARRERA, CAPITANA-dije yo-. SE HA ESFUMADO.
Vi cómo el rostro de Tabitha se iluminaba apenas hube pronunciado esas palabras.