Página 28 de 33
uno en los tres el poder,
uno en los tres el amor
y uno en los tres el saber,
cierto es que en la esencia es uno,
siendo en las personas tres.
Sobre la natural luz,
el Ingenio, que al fin es
parte del alma, he quedado
satisfecho, al parecer,
hasta aquí.
SINAGOGA Y hasta aquí yo
poco me debo ofender,
pues ver tres y adorar uno
me enseñó de Abraham la fe.
INGENIO ¿Pero ese hijo a qué a la tierra
había de venir?
PABLO A que,
siendo infinita la culpa
del hombre, satisfacer
lo finito a lo infinito
no podía, y así fue
piedad que el Hijo de Dios
satisficiese por él,
encarnando en una Virgen
Madre, que antes y después,
y entonces, permaneciese
siempre virgen, sin romper
grosero cierzo de humano
contacto la candidez
del botón de la azucena,
ni el capillo del clavel.
INGENIO Hasta aquí por respondido
también me doy.
SINAGOGA Yo también,
pues es cierto que vendrá.
PABLO Y aunque ha venido, lo es.
SINAGOGA ¿Cómo que ha venido?
PABLO Como
al que diste muerte fue,
siendo el divino Mesías
que esperaba.
SINAGOGA No era él;
pues que no trajo cumplidas
las semanas de Daniel.
PABLO Sí era; pues tú no supiste
hacer los cómputos bien.
SINAGOGA No era; pues no vino en nube,
como Isaías prevé.
PABLO Sí era; pues traje de siervo
dijo que traería también.
SINAGOGA No era; pues que había de dar
su venida qué temer.
PABLO Sí era; pues ese temor
dará al venir como juez.
SINAGOGA No era; pues de humilde madre
al hielo le vi nacer.
PABLO Sí era; pues quedó en el parto
virgen, antes y después.
SINAGOGA No era; pues simples pastores
le adoraron en Belén.
PABLO Sí era; pues a Belén vino
a verle uno y otro rey.