El pleito matrimonial del cuerpo y el alma (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

Página 5 de 27

EL ALMA ricamente adornada.)
hermosa, perfecta y pura,
a casarse con el Cuerpo,
ajeno de sus venturas.
Y para que de este asunto
no esté ignorada o confusa
la alegoría, sino
lo que hablar pueden, escucha
lo que hablaran si pudieran,
antes de hacerse esta junta,
que han de intentar deshacer
tus iras y mis injurias,
tus rencores y mis celos,
tus rabias y mis industrias.
CUERPO Sin oír, hablar ni ver,
en noche continua estoy;
si nada antes de ser soy,
¿qué seré después de ser?
Mas no, no quiero saber,
confusa naturaleza,
ni ser quiero, que es tristeza
a mi ser anticipada
ver que acabe siendo nada
ser que siendo nada empieza.
Mas ser quiero, que es error
no ser si en mi mano está,
pues peor no ser será
que siendo ser lo peor;
y tengo ya tanto amor
al ser que espero tener,
que por ser tengo de hacer,
juzgando a más pena yo,
dejar ya de ser que no
ser para dejar de ser.
MUERTE En su formación primera
él se esfuerza.
PECADO Cosa es clara,
que si él no se ayudara,
su naturaleza fuera
imposible que pudiera.
MUERTE Oigamos en su alegría
al Alma lo que diría
si hablara en esta ocasión.
PECADO Es tanta su perfección,
que aun su voz será armonía.
ALMA Patria hermosa en que nací,
forzada a la tierra voy;
(Bajando.)
pero en cualquier parte soy
la que en mi principio fui;
no ha de haber mudanza en mí,
que aunque Dios me hizo de nada,
me hizo eterna, y, desterrada
de esta celestial esfera,
al esposo que me espera
protesto que voy forzada.
Protesto que en la prisión
del cuerpo en que he de asistir,
siempre desearé salir
por volver a mi región.
CUERPO ¿Cuándo de esta confusión
saldrá mi ciego sentido?

Página 5 de 27
 

Paginas:


Compartir:




Diccionario: