Página 14 de 56
que abrazan a mi mujer.
¿Qué me toca hacer aquí?
¿Matarlos? Sí, yo lo hiciera, 765
si una cosa no temiera,
y es que ella me mate a mí.)
Filipo. Bella serrana, quisiera,
para pagar la posada,
que esta sortija estremada 770
estrella del cielo fuera.
Locía. No me tengáis por mujer
que atenta al provecho vivo,
mas por vuestra la recibo.
Paulín. ([Ap.] ¿Y aquí qué me toca hacer? 775
Pero si marido soy,
y sortija miro dar,
lo que me toca es callar.)
Locía. Otra vez el alma os doy
en los brazos, que no tengo 780
otra joya ni cadena.
Filipo. Y la prisión es tan buena,
que la memoria entretengo
con vos de tantos pesares
como, en sucesos tan tristes, 785
me causaron, ya lo vistes,
esos cristalinos mares.
Paulín. ([Ap.] ¡Ay, otra vez la abrazó!
¡Ah, señor!, ¿no echa de ver
que es aquésa mi mujer?) 790
Filipo. Vuestro marido nos vio.
Quiero retirarme dél;
luego vendré. ([Ap.] Si esto vieras,
Polonia, quizá sintieras
que mi desdicha crüel 795
me trujese a tal estado.
¡Oh, mar, al cielo atrevido!,
¿en qué entrañas han cabido
las vidas que has sepultado?) Vase.
Paulín. ([Ap.] Ya se fue, bien puedo habrar 800
alto.) Esta vez, mi Locía,
cogíte, por vida mía,
y esta tranca me ha de dar
venganza.
Locía. ¡Qué malicioso!
¡Oh, fuego de Dios en ti! 805
Paulín. Si yo los abrazos vi,
¿es malicia o es forzoso
lance que no pudo ser
malicia?
Locía. Malicia ha sido,
que no ha de ver un marido 810
todo aquello que ha de ver,
sino la mitad no más.
Paulín. Yo digo que soy contento,
y la condición consiento;
y pues dos abrazos das 815
a ese diablo de soldado
que el mar acá nos echó,
no quiero haber visto yo
más del uno, y si he pensado