Página 49 de 49
con ira y cólera extraña,
sino también para que
vivas, en mi confïanza,
seguro de que esta fiera,
que atada traigo a mis plantas,
no perturbará tu paz.
Éste es...
DEMONIO: Yo lo diré, calla;
porque quiero que me sirvan
de veneno mis palabras.
Yo soy el dios de Astarot,
yo el que tuvo vuestra patria
idólatra tantos años,
dándome adoración falsa.
De esta esclavitud el cielo
hoy por Bartolomé os saca,
alumbrándoos en la ley
evangélica de gracia.
Irene, que un tiempo fue
de mis engaños esclava,
ya está libre. Mas ¿qué mucho
que ella y todo el mundo salga
de mi esclavitud, si el cielo
con estas cadenas ata
mis fuerzas, dando poder
a su apóstol de cortarlas?
BARTOLOMÉ: Con esta declaración
pública que has hecho, baja
al abismo, mientras yo
a esferas subo más altas.
DEMONIO: Abra, para recibirme,
el infierno sus gargantas.
Húndese
BARTOLOMÉ: Y a mí sus puertas el cielo,
para recibir mi alma.
Vuela
REY: ¿Quién, a tan grandes prodigios,
no le rinde al cielo gracias?
LICANORO: ¿A quién quedarán recelos,
viendo verdades tan claras?
LESBIA: ¿Y quién, viendo que en su mano
Bartolomé santo enlaza
las cadenas del demonio,
contra él no le invoca y llama?
Dando fin a esta comedia,
perdonad sus muchas faltas.
FIN DE LA COMEDIA