Página 17 de 56
de las galas se despoja,
como sobrados trofeos,
como añadidos despojos
de su hermosura, diciendo:
®Mejor que Palas armada,
desnuda avasalla Venus.¯
VICENTE: Ya lo veo, y si esto dura,
de aquí a un poquito tendremos
lindo rato.
LOPE HIJO: ¿Quién será?
VICENTE: Mi madre será, supuesto
que no es la tuya.
LOPE HIJO: Turbado
a verla el rostro me atrevo.
VICENTE: Yo también.
LOPE HIJO: Y a ver si oigo
lo que habla. Pisa más quedo.
VICENTE: ¿Qué más quedo? Si pisara
las gradas de un monumento,
aun no ajara los velillos.
ELVIRA: Notable es tu sentimiento.
VIOLANTE: En fin, está tan conmigo
y tan presente le tengo
--¡válgame el cielo!--que allí
jurara que le estoy viendo.
ELVIRA: No te sacaran los dientes
por el falso juramento;
que yo también lo jurara.
VICENTE: Dimos con todo en el suelo.
LOPE HIJO: Esta es la dama que vi.
Llega don LOPE HIJO
Decidme, prodigio bello,
decidme, hermoso milagro...
VIOLANTE: Sombra de mi pensamiento,
ilusión de mi sentido,
alma de mi devaneo,
cuerpo de mi fantasía,
voz de mi idea, que siendo
idea, ilusión y sombra,
fantasía y fingimiento,
sin voz, sin cuerpo y sin alma,
tienes alma, voz y cuerpo:
¿cómo aquí dentro has entrado?
LOPE HIJO: Hermosísimo portento,
en quien hace vivamente
la imaginación efecto,
no me ganéis vos de mano
en la duda que padezco,
pues con más causa os pregunto
yo: ¿qué hacéis vos aquí dentro?
VIOLANTE: Yo en mi casa estoy.
LOPE HIJO: Yo y todo.
Pues si aquí entré...
VIOLANTE: Oír no quiero.
A ELVIRA
LOPE HIJO: Porque se asegure ella,
oídme.
ELVIRA: Pues yo ¿a qué efecto?
Apareceos a mi ama,
fantástico bandolero,
pues ella es la enamorada;
pero a mí, si yo no os quiero,
¿a qué propósito?