Nadie fíe su secreto (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

Página 20 de 54

cuidadosa de tu ausencia,
te esperará desvelada.
Ya sabes de su firmeza
que como hermana te quiere
y como dama te cela.
No la des este cuidado.
ALEJANDRO: Más el tuyo me atormenta.
CÉSAR: ¿Qué dices?
ALEJANDRO: Importa poco;
que no sabe que estoy fuera.
CÉSAR: (Pasóse fuerte ocasión.) Aparte
LÁZARO: En esta casa pequeña
viven dos hembras a quien
ningún hombre, aunque más sepa,
mientras con las dos hablare,
hablará cosa a derechas.
ALEJANDRO: Pues, ¿por qué?
LÁZARO: Porque es la una
corcovada y la otra tuerta.
ARIAS: Pues una niña ceceosa
y pobre vive aquí.
LÁZARO: Ésa,
cuando cecea, no llama,
pues despide, aunque cecea.
ARIAS: Tiene tía.
LÁZARO: Arredro vaya,
y más si bien se me acuerda
de la vieja del conjuro.
ALEJANDRO: ¿Cómo fue?
LÁZARO: De esta manera;
yo me enamoré, señor,
un día, que no debiera,
o que no pagara. En fin,
consultando cierta vieja,
pidióme, para el efecto,
de su cabello una trenza.
A fuer de Zaide, busqué
ocasión para cogerla,
y halléla, señor, un día
en que, durmiendo mi prenda,
prematicario barbero,
la quité media guedeja;
mas tal que, aunque avecindada
vivió en su frente, no era
natural de su copete,
feligrés de su mollera.
Guedeja heredada fue;
y, haciendo el conjuro en ella,
a la media noche entró
en mi aposento una muerta.
Troqué en miedos los amores,
en responsos las ternezas;
y aunque allí por fuerza vino,
pienso que se fue por fuerza.
CÉSAR: (¿De qué tanto olvido sirve, Aparte
si nunca se olvidan penas,
y ya se acuerda de amor
el que de olvidar se acuerda?
Paréceme a mí que ahora
--mas ¿qué de locuras piensa
un amante!--que doña Ana,
no porque hablarme desea,
sino por desengañarse,
vuelve otra vez a la reja,
y que, no viéndome, dice,
--que la oigo pienso--, "Aunque vengas,

Página 20 de 54
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:




Diccionario: