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Mas, ¡ay de mí! Mal puedo aunque me veo ilustrado 80 de alma y cuerpo, potencias y sentidos, elegir yo sin miedo, que no nace enseñado el Hombre, y todos son pasos perdidos cuantos da inadvertidos 85 nuestro discurso humano sin impulso divino; ¿no habrá quien a un viador diga el [camino, para bajar desde este monte al llano?
Sale el ALBEDRÍO en lo alto también.
ALBEDRÍO Sí habrá, conmigo ven.
HOMBRE De ti me fío; 90 pero dime quién eres.
ALBEDRÍO Tu Albedrío.
HOMBRE ¿Fue tuya aquella voz que el viento envía llamándome?
ALBEDRÍO Llamar no es acción mía; el mover sí, tu afecto o tu cuidado, a ir, o no ir adonde te han llamado; 95 y así, al ver cuán triste estás cuando por dos sendas vas, vengo a que una elijas.
HOMBRE Pues ¿cuál la que he de seguir es?
ALBEDRÍO La que te agradare más, 100 que yo siempre que estuvieres entre dos dudas perplejo, convendré en la que eligieres; y así, toma mi consejo y echa por la que quisieres, 105 si bien, al ver que caminas entre halagos y rigores de zarzas y clavellinas, diré que pises las flores primero que las espinas. 110 Ven por aquí, que este ha sido el camino más trillado.
Va bajando y delante el ALBEDRÍO.
HOMBRE Sí haré, y haberle elegido me tiene más bien hallado, pero no menos perdido, 115 que si aquella voz que oí ha de llevarme tras sí, cuando esotra senda dejo, pienso que de ella me alejo todo lo que voy tras ti. 120
ALBEDRÍO Pues ¿qué voz, qué acento extraño oíste entre estos dos caminos?
HOMBRE Decía, si no me engaño…
ÉL Y MÚSICA Venid, venid peregrinos, venid, venid, que este año 125 la puerta se abre que estuvo cerrada por tantas edades, por siglos tan largos.