Página 17 de 62
vendrá muy mal alhajado.
Sacan todo cuanto van diciendo y todo lo esparcen
por la sala
ÁNGELA: ¿Qué es esto?
ISABEL: Muchos papeles.
ÁNGELA: ¿Son de mujer?
ISABEL: No, señora,
sino procesos que vienen
cosidos, y pesan mucho.
ÁNGELA: Pues si fueran de mujeres,
ellos fueran más livianos.
Mal en eso te detienes.
ISABEL: Ropa blanca hay aquí alguna.
ÁNGELA: ¿Huele?
ISABEL: Sí, a limpia huele.
ÁNGELA: Ése es el mejor perfume.
ISABEL: Las tres calidades tiene
de blanca, blanda y delgada;
mas, señora, ¿qué es aqueste
pellejo con unos hierros
de herramientas diferentes?
ÁNGELA: Muestra a ver. Hasta aquí loza
de sacamuelas parece.
Mas estas son tenacillas
y el alzador del copete.
Y los bigotes esotras.
ISABEL: Iten: escobilla y peine.
Oye, que más prevenido
no le faltará al tal huésped
la horma de su zapato.
ÁNGELA: ¿Por qué?
ISABEL: Porque aquí la tiene.
ÁNGELA: ¿Hay más?
ISABEL: Si, señora. Iten:
como a forma de billetes
legajo segundo.
ÁNGELA: Muestra.
De mujer son y contienen
más que papel. Un retrato
está aquí.
ISABEL: ¿Qué te suspende?
ÁNGELA: El verle, que una hermosura,
si está pintada, divierte.
ISABEL: Parece que te ha pesado
de sacalle.
ÁNGELA: ¡Qué necia eres!
No mires más.
ISABEL: ¿Y qué intentas?
ÁNGELA: Dejarle escrito un billete.
Toma el retrato.
Pónese a escribir
ISABEL: Entretanto,
la malta del sirviente
he de ver. Esto es dinero.
Cuartazos son insolentes;
que en la república donde
son los príncipes y reyes
los doblones y los reales,
ellos son la común plebe.
Una burla le he de hacer
y ha de ser de aquesta suerte:
quitarle de aquí el dinero
al tal lacayo, y ponerle
unos carbones. Dirán--
"¿Dónde demonios los tiene
esta mujer?" No advirtiendo