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crecida, a imitación de mala yerba.
Pero ya tu castigo
560 llega, pues llega mi valor conmigo;
y así, antes que sus armas se prevengan
(vengan los batidores o no vengan),
entremos en sus lindes desde luego, en seguida
publicando la guerra a sangre y fuego.
565 SABINIO: La espera, Astrea, en muchas ocasiones
consiguió altos blasones. grandes alabanzas
ASTREA: También la espera la perdió otras tantas,
y quizá más.
Sale EMILIO
EMILIO: Dame, señor, tus plantas.
SABINIO: ¿Qué hay, Emilio, de nuevo?
570 EMILIO: Apenas a contártelo me atrevo,
por no decirte que apenas [romance]
de aquestos riscos soberbios
con una avanzada escuadra de vanguardia
vencí el arrugado ceño, cumbre rocosa y desigual
575 cuando desde la eminencia
vi todo el valle cubierto
de romanos escuadrones,
que en buena marcha dispuestos,
como iban llegando, iban
580 tomando, unos los estrechos
pasos, otros desmontando talando
los troncos, para con ellos
atrincherarse; y los otros
doblándose, porque a tiempos, turnándose
585 donde importe, el retén pueda
ir reclutando los puestos.
ASTREA: ¿Eso excusabas decirnos? evitabas
Pues toma en albricias deso
esta sortija, que yo
590 a tener que vencer vengo.--
Manda, Sabinio, que al arma
toque el ejército nuestro,
antes que se fortifiquen.
SABINIO: Con ese español aliento,
595 quién no ha de animarse? Vayan
por los costados cubriendo
en las quiebras y surtidas
coseletes y flecheros
a la caballería, y ella,
600 des[f]ilada en buen concierto,
procure cobrar el llano,
donde, trocados los riesgos,
cubra ella a la infantería,