Las armas de la hermosura (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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ya que lo uno no logré,
lo otro dispuse.)

Vase. Salen VETURIA y LIBIA disfrazadas y con velos en el
rostro

VETURIA: El pesar
2025 de un amante corazón,
que de los hados se queja,
pocas veces, Libia, deja
quietar la imaginación.
Una grave diligencia
2030 a Enio encargué; no he sabido
el efecto que ha tenido;
y como es de la paciencia como cualquier tardanza
cualquier tardanza enemiga, impacienta
me he atrevido disfrazada,
2035 y deste velo tapada,
a buscarle y que me diga,
ya que sus ocupaciones
lugar quizá no le han dado,
lo que della ha resultado. i.e., de la diligencia que
2040 LIBIA: A poco riesgo te pones
de ser conocida, pues
en ese traje y tapada,
no tienes que temer nada.
Y para hallarle ésta es
2045 la mejor hora, supuesto
que es la que sale el Senado,
en que es fuerza que haya estado.

Tocan dentro chirimías y atabalillos

VETURIA: Espera. ¿Qué será esto

de hacer salva y concurrir
2050 tanta gente a sus umbrales?
LIBIA: De gran novedad señales
son. No me atrevo a inferir
qué será. Pero allí viene
Pasquín, y él me lo dirá.
2055 VETURIA: Tente; que por ti podrá
conocerme, y no conviene
que sepa quién soy.
LIBIA: Diré
que eres una amiga mía
que viene en mi compañía
2060 en busca suya; con que,
no hablando tú, ¿cómo puede
conocerte?
VETURIA: Dices bien.

Vuelven a tocar, y sale PASQUÍN

PASQUÍN: Gracias al gran Baco den

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