Triunfar muriendo (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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¡Oh, tú, antorcha que en esa breve, en esa tibia llama contienes sombras sumas, 830 no por hermosa de inmortal presumas, pues puedes ser, antes que luz, pavesa. Si no ardes, mueres pues tu lumbre cesa. Si ardes, también, pues fuerza es te
consumas. Luego ardiendo y no ardiendo, siempre ahúmas 835 las lóbregas paredes de la güesa.
v.
818en ´toco´ la ´c´ corregida sobre una ´d´

v.
834´es´ interlineado


PECADO
HOMBRE MUERTE HOMBRE
PECADO
MUERTE
CALDERÓN DE LA BARCA
¡Qué luciente, qué bella te creí
cuando, cabal, no imaginé que pueda deslucirt
la edad del primer día! ¡Oh
mortal! ¡Oh, mortal! Deshaz la rueda, 840 pue
de vida, a merced de la agonía, l
que te queda es lo que aún no te queda
Pero esto poco, esto poco procurar
aprovechar. ¿D
qué suerte?
Con buscar 845 los desengaños que toco. ¿Dónde hallarlos piensas, di? ¿No hay quien te mande, cruel? Pues con buscarle yo a él, él me sabrá hallar a mí. 850 Por donde quiera que fueres de mi esclavo llevarás la marca.
Con que jamás blasonar de libre esperes.
Cógenle entre los dos, la MUERTE le tiene
las manos y el PECADO le pone un hierro en la frente, y él huyendo llega a la puerta del carro donde entró el REY y sacramentos.
HOMBRE Dentro música ¡Ah de ese palacio! ¿No hay gente ninguna aquí que me favorezca? Sí. 855
LOS DOS ¿Quién podrá ampararle?
Sale el BAUTISMO con un aguamanil y toalla al hombro
BAPTISMO Yo.
PECADO MUERTE PECADO MUERTE LOS DOS BAPTISMO PECADO MUERTE ¿Quién eres, infante tierno... ¿Quién eres, cándido niño... ...que deste soberbio alcázar... ...que deste grande edificio... .

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