Luis Pérez el gallego (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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que habré de estarme en su casa;
que en fin es mi centro antiguo.
JUAN: Si tú esta noche me abrieses
la puerta, por que atrevido
llegase a satisfacerla
de estas cosas que la han dicho
de mí, quedaré obligado
a darte un rico vestido.
PEDRO: ¿Qué puedo perder yo en eso?
A abrir la puerta me obligo;
mas ha de ser de esta suerte;
llamando tú, yo advertido
la abriré, sin preguntar
quién es, pues con artificio
tú entrarás, sin parecer
que tengo yo culpa.
JUAN: Has dicho
bien. Y pues ya el sol se esconde,
quiero irme. Prevenido
está, que yo vuelvo luego.

Vase


PEDRO: A los alcahuetes digo
que son de amor gariteros;
vaya un discurso al garito.
Pone un garitero casa,
el alcahuete es lo mismo,
los galanes son tahures
y entran en ella infinitos.
De aqueste juego el tahur
que da palmadas y gritos
es el celoso; que siempre
celos son voces y ruido.
El que pierde y el que calla
es tahur a lo ministro,
que entra y paga su dinero
sin sentirlo, con sentirlo.
El que juega sobre prenda
es el amante novicio,
que saca del mercader
ya la joya, ya el vestido.
El que hace alicantina
es el amante entendido,
que pierde y dice, "Esto es hecho;
necio el que pierde continuo."
Sobre palabra, es aquél
que promete y que, cumplido
el plazo, paga. El galán
que sirve por lo entendido,
con papeles estudiados,
es el fullero del vicio,
pues juega con cartas hechas.
Los mirones, que han venido
a enfadar, sin dar provecho,
son los vecinos prolijos;
que del garito de amor
mirones son los vecinos.
Las barajas de este juego
son las damas; bien se ha visto
ser todas ellas barajas.
Y para el barato, digo
que, cuando hay baraja nueva,

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