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para dicha cara a cara,
y no sé que en tal rigor
haya razón que no asombre
y que se le pueda a un hombre
decir: «No tenéis honor.»
¡Darme el amigo mayor
el mayor pesar!- Testigo
es Dios (otra vez lo digo),
que si yo me lo dijera,
a mí la muerte me diera,
y soy mi mayor amigo.
DON JUAN. Ya quedo ahora de vos
enseñado. Eso diré,
y a este amigo avisaré
que calle. Quedad con Dios. (Vase.)
Escena IV
DON LOPE.
¿Quién duda que entre los dos
pasa el caso que ponía
en tercero, y que sabía
que Leonor matarme intenta?
Pues el que supo mi afrenta,
sabrá la venganza mía.
Y el mundo la ha de saber.
Basta, honor; no hay que esperar;
que quien llega a sospechar,
no ha de llegar a creer,
ni esperar a suceder
el mal; y pues su mudanza
logra tan baja esperanza,
volveré donde contemplo
que dé su traición ejemplo,
y escarmiento mi venganza.
Escena V
EL REY, ACOMPAÑAMIENTO. -DON LOPE.
REY. Aunque en la quinta, que del Rey la llama
el vulgo en la quinta, que
el vulgo, aquesta noche duerma, digo
que no me he de quedar hoy en Lisboa.
Esté la gente toda prevenida,
que desde allí saldrá la más lucida
a competir con plumas y colores
del Sol los rayos, del abril las flores.
DON LOPE. (Ap. Cobarde al rey me llego;
que esta pena, esta rabia y este fuego
tan cobarde me tiene, que sospecho,
con verguenza, dolor y cobardía,
que todos saben la desdicha mía.)
Dame tus pies; será feliz mi boca,
si con su aliento esas esferas toca.