Página 35 de 58
fuiste de mi paz, crüel
tirano, que introdujiste
enscrúpulos en mi fe.
Vuelve, vuelve las espaldas
de piadoso, o de cortés,
que solicitas mi muerte
si aquí mi hermana te ve,
porque hará verdades hoy
los fingimientos de ayer.
INÉS: (¡Qué fácilmente creyó
lo que él contó y yo afirmé!) Aparte
MOSCATEL: (En fin, no hay cosa más fácil Aparte
que engañar a una mujer.)
BEATRIZ: Y no quieras más victoria,
de mi vanidad, que ver
que por ti lloran mis ojos,
que puede, en efecto, hacer
costar lágrimas un hombre
sin quererle una mujer,
que no las lágrimas siempre
señas son de querer bien.
Vete.
ALONSO: (Más lo deseo yo, Aparte
que estoy ya para perder
el juicio, pensando modos
para responderte).
BEATRIZ: No des
más escándalo en mi casa,
que basta el primero ser
que concupiscible oí.
Tírale de la manga INÉS
No tires más, déjame,
que tienes traza, por Dios,
de dejarme muda.
ALONSO: En fe,
dïámetro al menos serte
no rehusa aquesta vez
mi opuesto planeta; quiero
obedeceros cortés,
pero en sabiendo mi amor.
BEATRIZ: Pues adiós, que ya lo sé.
ALONSO: No se ha empezado muy mal.
MOSCATEL: Ni se ha acabado muy bien;
que viene gente.
INÉS: ¡Ay, señora,
ir no le dejes!
BEATRIZ: ¿Por qué?
INÉS: Porque al paso están hablando
Leonor, don Juan, y también
tu padre.
MOSCATEL: El padre es el diablo
de estos enemigos tres.
BEATRIZ: Mi climatérico día
es hoy, ¡ay de mí!, si os ven,
porque contra mí los cielos
han sabido disponer
evidencias que acreditan
culpas que no imaginé.
Para el cuarto de mi padre
el paso esta cuadra es;
no podéis salir de aquí,
ni allá dentro entrar podéis;
y así, antes que aquí entren,
fuerza el esconderos es.
ALONSO: ¿Es comedia de don Pedro