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Hopkins se mostró sorprendido.
-Era la petaca del muerto, señor Holmes. Tenía sus iniciales en la parte de dentro. Y además, era de piel de foca y él había sido cazador de focas.
-Pero no tenía pipa.
-No, señor, no encontramos ninguna pipa; la verdad es que fumaba muy poco. Sin embargo, es posible que llevara algo de tabaco para sus amigos.
-Sin duda. Lo menciono tan sólo porque si yo hubiera estado encargado del caso me habría sentido inclinado a tomar eso como punto de partida de mi investigación. Sin embargo, mi amigo el doctor Watson no sabe nada de este asunto v a mí no me vendría mal escuchar una vez más el relato de los hechos. Háganos un breve resumen de lo más esencial.
Stanley Hopkins sacó del bolsillo una hoja de papel.
-Tengo unos cuantos datos que resumen la carrera del difunto, el capitán Peter Carey. Nació en el 45, así que tenía cincuenta años. Había sido un valeroso y próspero cazador de ballenas y focas. En 1883 mandaba el vapor Sea Unicorn, de Dundee, dedicado a la caza de focas. Realizó varios viajes seguidos, bastante provechosos, y al año siguiente, 1884, se retiró. Después se dedicó a viajar durante unos años, y por fin adquirió una pequeña propiedad llamada Woodman´s Lee, cerca de Forest Row, en Sussex. Allí ha vivido durante seis años, v allí murió, hoy hace una semana.
»El hombre tenía algunas facetas bastante peculiares. En su vida privada era un estricto puritano, un tipo callado y sombrío. Vivía con su esposa, su hija de veinte años v dos sirvientas. Estas dos cambiaban constantemente, va que la vida en su casa no era muy alegre y, a veces, resultaba totalmente insoportable. El hombre se emborrachaba con frecuencia, v cuando le daba el ataque se convertía en un completo demonio. Más de una vez sacó de casa a su mujer y a su hija en mitad de la noche, persiguiéndolas a latigazos por el jardín hasta que todo el pueblo se despertaba con los gritos.
»Una vez compareció ante el juez por haber agredido brutalmente al anciano vicario, que había ido a casa a reprenderle por su conducta. En pocas palabras, señor Holmes, costaría trabajo encontrar un tipo más peligroso que el capitán Peter Carey, y me han dicho que tenía el mismo carácter cuando estaba al mando de su barco.