La aventura del colegio Priory (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

Página 10 de 29

Se había hecho con un mapa militar de la zona y lo trajo a mi cuarto, lo extendió sobre la cama, colgó encima una lámpara y se puso a fumar mientras lo examinaba, señalando de cuando en cuando los puntos de interés con la humeante boquilla de ámbar de su pipa.
-Cada vez me gusta más este caso, Watson -dijo-. Decididamente, presenta aspectos muy interesantes. En esta fase inicial, quiero que se fije en estos detalles geográficos, que pueden tener mucha importancia para nuestra investigación.
Mire este mapa. Este cuadrado oscuro es el colegio Priory. Voy a marcarlo con un alfiler. Y esta línea es la carretera principal. Ya ve que corre de Este a Oeste, pasando frente a la escuela, y que en ninguna de las dos direcciones existe una desviación en más de una milla. Si los dos fugitivos se marcharon por carretera, tuvo que ser por esta carretera.
-Exacto.
-Por una curiosa y afortunada casualidad, podemos saber hasta cierto punto lo que pasó por esta carretera durante la noche de autos. Aquí, donde señalo con la pipa, había un policía rural de servicio desde las doce hasta las seis. Como puede ver, se trata del primer cruce que existe por el lado este. El guardia declara que no se movió de su puesto ni un instante, y está seguro de que ni el hombre ni el niño pudieron pasar por allí sin que él los viera. He hablado esta noche con el policía en cuestión, y me ha parecido una persona de absoluta confianza. Con eso queda descartado este camino. Pasemos a ocuparnos del otro. Aquí hay una fonda, «El Toro Rojo, cuya propietaria estaba enferma. Había hecho llamar al médico de Mackleton, pero éste no llegó hasta por la mañana, porque estaba ocupado con otro caso. La gente de la fonda pasó toda la noche en vela, aguardando su llegada, y parece que en todo momento había alguien vigilando la carretera. También ellos han declarado que no pasó nadie. Si hemos de creer en su declaración, podemos descartar también el lado oeste, y estamos en condiciones de asegurar que los fugitivos no utilizaron para nada la carretera.
-¿Y la bicicleta, qué? -objeté.
-Eso es. Ahora llegaremos a la bicicleta. Continuemos nuestro razonamiento: si estas personas no se marcharon por la carretera, tuvieron que ir campo a través, hacia el norte o hacia el sur del colegio.

Página 10 de 29
 

Paginas:


Compartir:




Diccionario: