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Pero también la defensa podía aducir argumentos poderosos. Montonera un joven arrebatado e impetuoso, al igual que su hermana, pero gozaba del respeto y la simpatía de todo el mundo, y su carácter franco y honrado parecían indicar que era incapaz de un crimen semejante. La explicación que el mismo dio fue que deseaba ardientemente tener un cambio de impresiones con el doctor Lana para tratar unos asuntos urgentes de familia (ni siquiera mencionó en nombre de su hermana en todo el curso del proceso). No trató de negar que ese cambio de impresiones hubiera resultado probablemente de índole desagradable. Una cliente del médico le dijo que éste había salido y por esa razón estuvo esperando su regreso hasta cerca de las tres de la madrugada, pero viendo que a esa hora no había regresado, renunció a sus propósitos y volvió a su casa. En cuanto a la muerte del doctor, sabía acerca de ella ten poca cosa como el mismo guardia de orden público que le detuvo. Con anterioridad a esa época había sido amigo íntimo del muerto, pero determinadas circunstancias, de las que prefería no hablar, habían producido un cambio en esos sentimientos.
Eran varios los hechos que contribuían a establecer su inocencia. El doctor Lana vivía aun a las once y media de la noche y se encontraba dentro de su estudio. La señora Woods estaba dispuesta a asegurar bajo juramento que ella había oído so voz a aquella hora. Los amigos del acusado sostenían que probablemente el doctor Lana no se encontraba solo en ese instante. Parecían darlo a entender el grito que atrajo primeramente la atención del ama de llaves y la forma brusca, desacostumbrada en él, con que su amo le ordenó que le dejase en paz. Si eso era cierto, todo indicaba como probable que el doctor encontró la muerte entre el instante en que el ama de llaves oyó su voz y el momento en que la señora Madding llamó por primera vez, sin que nadie le contestase. Pero si era ésa la hora en que el doctor había muerto, resulta imposible que Mister Arthur Morton fuese culpable, porque esta última señora le encontró con posterioridad a ese momento, cuando ella salía y el joven terrateniente llegaba a la puerta posterior.
Pero si esta última hipótesis era correcta y el doctor Lana estaba acompañado de otra persona antes que la señora Madding tropezase con Mister Arthur Morton ¿quién era esa otra persona y qué motivos tenía para querer mal al médico? Todo el mundo reconocía que, si los amigos del acusado conseguían hacer luz en este punto, tendrían adelantado muchísimo para probar su inocencia.