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Si ella ha roto el secreto apremiada por los acontecimientos, ya se lo perdono y guardo para ese acto toda mi comprensión. Hasta anoche no regresé a Inglaterra y durante mi ausencia no ha sabido nada de la sensación producida por mi supuesta muerte, ni de la acusación recaída contra Mister Arthur Morton. En la última edición de un periódico de la tarde, leí el relato de la vista de la causa en el día de ayer, por lo que he acudido esta mañana en el más rápido de los expresos, para dar testimonio de la verdad.»
Tal fue la extraordinaria declaración del doctor Aloysius Lana, que sirvió para cerrar súbitamente la vista de la causa. Una investigación posterior corroboró sus afirmaciones, hasta el punto de que se puso en claro incluso el nombre del barco en el que su hermano había llegado desde Sudamérica. El médico de ese barco testificó que durante la travesía Ernesto Lana padeció debilidad de corazón y que los síntomas de la misma hacían prever una muerte como la que había tenido.
El doctor Aloysius Lana regresó a la aldea de la que había desaparecido en forma tan dramática y tuvo lugar una reconciliación completa entre él y el joven terrateniente. Este último reconoció que había estado en un error al juzgar los móviles que habían llevado al doctor Lana a romper su compromiso matrimonial. Una gacetilla que apareció en lugar destacado del Morning Post y que copiamos a continuación nos informa de que tuvo lugar también otra reconciliación:
«El día 19 de septiembre, y en la iglesia parroquial de V el reverendo Stephen Johnson bendijo solemnemente la boda de Aloysius Xavier Lana, hijo de don Alfredo Lana, ministro que fue de Relaciones Exteriores de la República Argentina, con Frances Morton, hija única del difunto James Morton. J. P. de Leigh Hall, Bishop’s Crossing, Lancashire.»
FIN