Los planos de Bruce-Partington (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

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-¿De qué manera?

-Supondremos que regresaba a Woolwich cuando fue asesinado lanzado fuera del compartimiento del tren.

-Aldgate, lugar donde fue hallado el cadáver, se encuentra mucho más allá de la estación Puente de Londres, que sería la de su ruta hacia Woolwich.

-Es posible imaginar muchas circunstancias que hicieron que siguiese viaje más allá del Puente de Londres. Por ejemplo, iba en el coche alguien con el que había trabado una conversación que absorbió su atención. La conversación terminó en una escena de violencia, en la que él perdió la vida. Es posible que él intentase salir de aquel coche, que cayese a la vía y hallase de ese modo la muerte. Entonces el otro cerró la puerta. La niebla era muy espesa y nadie vio nada de lo que había ocurrido.

-Dentro de los datos que poseemos hasta ahora, no puede darse una explicación mejor; sin embargo, Sherlock, fíjate en los muchos puntos que has dejado sin tocar. Supondremos, para seguir el razonamiento, que el joven Cadogan West había dado previamente una cita al agente extranjero, y que por esa razón no hubiese adquirido ningún compromiso por otro lado. En lugar de eso, Cadogan West tomó dos billetes para el teatro, marchó hacia el mismo acompañando a su novia y, de pronto, desapareció.
-Una añagaza para despistar -dijo Lestrade, que había estado escuchando con cierta impaciencia el diálogo.

-Una añagaza rarísima. Esa es la objeción número uno. Paso a la objeción número dos: supongamos que llega a Londres y se entrevista con el agente extranjero. Es preciso que devuelva los documentos antes de la mañana siguiente, porque, de lo contrario, se descubriría su desaparición. Se llevó diez planos. Sólo se encontraron siete en el bolsillo. ¿Qué fue de los otros tres? Por propia voluntad no se habría desprendido de ellos. Además, ¿dónde está el precio de su traición? Lo natural es que se le hubiese encontrado en el bolsillo una importante suma de dinero.

-Yo lo veo todo perfectamente claro -dijo Lestrade -. No cabe la menor duda de lo que ocurrió. Se llevó los planos para venderlos. Se entrevistó con el agente. No lograron ponerse de acuerdo en cuanto al precio. Emprendió el viaje de regreso a su casa, pero el agente marchó con él. Dentro del tren, ese agente lo asesinó, se apoderó de los planos más esenciales y arrojó su cadáver a la vía.

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