El problema final (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

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La inteligencia de nuestro amigo, como ve, tiene sus límites. Hubiera dado un coup-de-maître3 de haber deducido y obrado en consecuencia con lo que yo hubiera deducido.

-¿Y qué es lo que hubiera hecho en el caso de que nos hubiera adelantado?

-No cabe duda de que hubiera atacado con fines asesinos. Sin embargo, es éste un juego que admite dos jugadores. Lo que nos debemos plantear ahora es si almorzamos aquí a una hora que sería la propia del desayuno o corremos el riesgo de morirnos de hambre antes de llegar a la cantina de la estación de Newhaven.


Esa noche hicimos el camino hasta Bruselas, donde pasamos dos días, llegamos el tercer día hasta Estrasburgo. En la mañana del lunes, Holmes telegrafió a la policía de Londres, y por la noche teníamos la respuesta aguardándonos en el hotel. Holmes rasgó el sobre y luego, maldiciendo, lo echó a la chimenea.
-¡Debería haberlo supuesto! -gruño-. ¡Se ha escapado!

-¡Moriarty!


-Han atrapado a todos los de su banda menos a él. Se les ha escapado de las manos.Evidentemente, al irme yo unos días fuera del país, no hubo nadie capaz de enfrentarse con él. Pero de verdad pensaba que les había dejado todo hecho. Creo que lo mejor que puede hacer es volver a Inglaterra, Watson.

-¿Por qué?

-Porque yo sería para usted una compañía peligrosa si se quedara. Este hombre se ha quedado sin ocupación; está perdido si vuelve a Londres. Si le conozco bien, creo que

3 «Golpe maestro». (En francés en el original.)

dedicará todas sus energías a vengarse de mí. Así lo dijo en nuestra breve entrevista y creo que lo decía en serio. De verdad, le recomiendo que vuelva junto a su clientela.
No era muy acertado darle un consejo semejante a alguien que, además de ser un veterano del Ejército, era un viejo amigo suyo. Nos sentamos en la salle-à-manger4 de la estación de Estrasburgo y discutimos la cuestión durante media hora, pero esa misma noche ya habíamos reanudado viaje y nos dirigíamos hacia Ginebra.
Estuvimos durante una encantadora semana vagabundeando por el valle del Ródano y luego, dejando éste a un lado en Leuk, nos encaminamos hacia el puerto de Gemmi, todavía cubierto de nieve y, una vez atravesado éste, hacia Meiringen, pasando por Interlaken.

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