El sabueso de los Baskerville (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

Página 1 de 149

Arthur Conan Doyle
El sabueso de los Baskerville

Índice

1. El señor Sherlock Holmes
2. La maldición de los Baskerville
3. El problema
4. Sir Henry Baskerville
5. Tres cabos rotos
6. La mansión de los Baskerville
7. Los Stapleton de la casa Merripit
8. Primer informe del doctor Watson
9. La luz en el páramo
10. Fragmento del diario del doctor Watson
11. El hombre del risco
12. Muerte en el páramo
13. Preparando las redes
14. El sabueso de los Baskerville
15. Examen retrospectivo


La idea para este relato me la proporcionó mi amigo, el señor Fletcher Robinson, que me ha ayudado además en la línea argumental y en los detalles de ambientación.
A. C. D.

1. El señor Sherlock Holmes
Eseñor Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie junto a la chimenea, me agaché para recoger el bastón olvidado por nuestro visitante de la noche anterior. Sólido, de madera de buena calidad y con un abultamiento a modo de empuñadura, era del tipo que se conoce como «abogado de Penang»1. Inmediatamente debajo de la protuberancia el bastón llevaba una ancha tira de plata, de más de dos centímetros, en la que estaba grabado «A James Mortimer, MRCS2, de sus amigos de CCH», y el año, « 1884». Era exactamente la clase de bastón que solían llevar los médicos de cabecera a la antigua usanza: digno, sólido y que inspiraba confianza.
-Veamos, Watson, za qué conclusiones llega?
1. Bastón de paseo de cabeza abultada que se fabrica con el tallo de Licuala Acutifida, una palma dé Asia oriental.
2. Member of the Royal College of Surgeons (Miembro del Real Colegio de Cirujanos)
Holmes me daba la espalda, y yo no le había dicho en qué me ocupaba.
-¿Cómo sabe lo que estoy haciendo? Voy a creer que tiene usted ojos en el cogote.
-Lo que tengo, más bien, es una reluciente cafetera con baño de plata delante de mí -me respondió-. Vamos, Watson, dígame qué opina del bastón de nuestro visitante. Puesto que hemos tenido la desgracia de no coincidir con él e ignoramos qué era lo que quería, este recuerdo fortuito adquiere importancia.

Página 1 de 149


Paginas:
Grupo de Paginas:         

Compartir:




Diccionario: