Página 24 de 208
1°) Define el problema o el objetivo con toda claridad, preferentemente por escrito., lo que exactamente quieras conseguir o el problema que desees resolver. 2°) Reúne la mayor cantidad de información que puedas, lee, investiga, pregunta y busca resueltamente la respuesta que necesitas. 3°) Trata conscientemente de resolver el problema revisando toda la información que has reunido. 4°) Si todavía no has podido solucionar conscientemente el problema, remítelo a tu mente superconciente. Suéltalo confiadamente de la misma forma que dejas libre un globo para que se aleje flotando en el aire. 5°) Haz que tu mente consciente se ocupe en cualquier otra cosa. Descarga tu atención y deja que tu mente superconciente se haga cargo del problema en tu nombre.
La ley de la actividad superconciente.
Cualquier pensamiento, plan, meta o idea, positivos o negativos, implantados permanentemente en nuestra mente consciente serán convertidos en realidad por nuestra mente superconciente. Puedes crearte un mundo en base a los pensamientos que permitas que dominen tu juicio. Si proyectas tu mente sobre las cosas que quieres y las mantienes fuera de las cosas que rechazas, tus metas, cualquiera que éstas sean, llegarán a materializarse y a formar parte de tu propia realidad. Si utilizas este poder para el bien, entrará solo bondad en tu vida. Si lo utilizas de modo negativo, te traerá enfermedades, desgracias y problemas económicos. La opción siempre es tuya, eres libre de escoger la clase de mundo en el que quieres vivir. Y lo escoges cada día y en cada momento en base a los pensamientos que alberga tu mente.
Estimulación de la actividad superconciente.
Hay varios modos de estimular esta actividad. El primero de ellos y el más seguro es simplemente pensar todo el tiempo en tus objetivos. Esto por si solo te mantendrá feliz y centrado. Hará que las energías superconcientes fluyan a través de ti en la forma de ideas y de motivación hacia la consecución de tu meta.
El segundo modo de estimular tu superconciente es mediante la práctica del aislamiento, consistente en una inmersión en el silencio. Hombres y mujeres comienzan a engrandecerse cuando empiezan a reservar tiempo para estar solos con ellos mismos.