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Las mujeres tienen la tendencia de manifestar este temor al rechazo, este crecer con amor condicionado en cuatro formas: Una es la depresión, la otra es el retiro, la tercera son síntomas psicosomáticos, dolor de cabeza, tensión y la cuarta es hipersensibilidad, porque están muy preocupadas por la opinión de los demás, piensan y ajustan su comportamiento y sus acciones siempre en consideración a lo que otros pueden pensar y a lo que otros pueden decir y los hombres somos similares en eso, pero los hombres tenemos una tendencia a deshacernos de ese amor condicionado, ese temor al rechazo, esa falta de ser amados de niños, en el comportamiento tipo A que es una respuesta agresiva a la vida y en extremo enfermiza y como un sesenta por ciento de los hombres son tipo A y como un diez por ciento de las mujeres y mientras más y más mujeres entran en ocupaciones altamente competitivas, más y más mujeres también se están volviendo en el comportamiento tipo A, es un asesino importante. De hecho se afirma que no hay muerte por enfermedad del corazón antes de los setenta años en ausencia de un comportamiento tipo A. En las investigaciones hechas sobre enfermedades del corazón hay, desafortunadamente cuando ven el colesterol, y ven los estilos de vida, etc., la realidad es que sin stress, la tensión y el giro hacia el comportamiento tipo A, expresión que fue desarrollado por dos cardiólogos que encontraron que la mayoría de sus pacientes tenía un perfil psicológico en particular, tenían una forma de actuar, caminar y hablar que era consistente con cada paciente que estaba enfermo del corazón y hablaremos de su tipo opuesto el tipo B. El comportamiento tipo A es un asesino, la mayoría de las personas que son verdaderos tipo A, un diez o un veinte por ciento de la población masculina, los verdaderos tipos A mueren alrededor de los cincuenta y cinco años. En Norteamérica y Canadá hoy alrededor de un ochenta por ciento del dinero está controlado por mujeres cuyos maridos se mataron por ganarlo y murieron prematuramente. En un estudio reciente de la revista Forbes se indica que la mayoría de estas mujeres gastaron todo el dinero que sus maridos ganaron antes de que ellas mueran y puedan heredárselo a su familia.